Hasta ahora, el silencio desde el Ejecutivo que preside Joe Biden al estallar la crisis entre España y el país vecino se entendía como una suerte de respaldo a Marruecos por cuanto EEUU no modificaba la decisión de última hora de Donald Trump antes de dejar la Casa Blanca.

Sin embargo, los pasos dados para que ambos presidentes puedan verse aprovechando su presencia en Bruselas con motivo de la Cumbre de la OTAN se interpretan en La Moncloa como un síntoma de que hay "más cercanía" con la posición española, según trasladan fuentes gubernamentales a Servimedia.

Al encuentro acordado de Sánchez y Biden se suman como "gestos" la llamada del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, cuando hasta ahora sólo había hablado por la crisis con Marruecos con su homólogo en ese país, Nasser Bourita.

En la conversación se “reafirmó”, según la Administración americana, "la fuerte alianza, amistad y relación transatlántica entre Estados Unidos y España".

A ello suman que, un día antes de esa llamada a González Laya, el pasado día 10, el portavoz del secretario de Estado de Estados Unidos, Ned Price, declaró que "existen unas diferencias muy importantes y profundas" hacia la región de Magreb respecto a las políticas de la Administración actual en comparación con las de Trump, y eso incluye, de forma general, al Sahara.

"En lo que respecta al Sahara Occidental, estamos consultando en privado con las partes sobre la mejor manera de detener la violencia y lograr un acuerdo duradero", agregó, para decir que "estaría en desacuerdo con la caracterización de que ha habido una continuidad, incluso en lo que respecta a nuestro enfoque hacia la región, desde la última Administración".