Esto ocurre mientras los representantes de los gobiernos europeos, el Parlamento europeo y la Comisión Europea finalizan las negociaciones sobre la política agrícola de la UE para los próximos siete años. Según los activistas, a pesar de las condenas de científicos a la política actual, la investigación del Parlamento Europeo y el servicio de auditoría de la UE, “el impacto destructivo de la PAC sobre la naturaleza, el clima y la salud pública permanece sin cambios”.

El director de política agrícola de la UE de Greenpeace, Marco Contiero señaló que “la clase política intentará vender esta política agrícola como una reforma verde, pero no es más que un lavado verde”. Asimismo, agregó que la PAC apunta a seguir financiando la ganadería industrial y la producción de piensos que “devastan la naturaleza, arruinan el clima, aumentan el riesgo de nuevas pandemias y dejan a las pequeñas granjas en la ruina”. A pesar de las alarmas que la ciencia emite con respecto a que la sobreproducción de carne y productos lácteos está provocando “el colapso del clima, la destrucción de los bosques y los brotes de enfermedades”, la clase política mantiene que sus planes agrícolas son sostenibles, expuso.

En este contexto, Greenpeace, ClientEarth y la Oficina Europea de Medio Ambiente realizaron un análisis para valorar cómo la política agrícola común de la UE se adapta a las reformas necesarias para proteger la naturaleza, hacer frente al cambio climático, evitar la contaminación y producir alimentos de forma sostenible en el que se concluye que el acuerdo de la PAC “fracasa en todos los frentes”.

Por ello, Greenpeace pidió a los miembros del Parlamento Europeo que rechacen la reforma de la PAC.