Según informa el Instituto Armado, los hechos se produjeron el pasado día 20, cuando un coche golpeó a una motocicleta y se dio a la fuga sin que el conductor del mismo auxiliara al del otro vehículo, que quedó tendido en la calzada con heridas de carácter grave.

Gracias a la declaración de varios testigos, la Guardia Civil supo que el accidente no había sido casual, sino que el coche había intentando derribar al motorista en al menos dos ocasiones. Como resultado del alcance, la motocicleta quedó enganchada en los bajos del coche, por lo que su conductor se apeó para liberarla y poder así huir del lugar a gran velocidad.

Las investigaciones de los agentes se centraron en un primer momento en la identificación del coche y, pocos días después, consiguieron averiguar que el vehículo causante del accidente era un utilitario medio de fabricación nacional, cuyo modelo es el más vendido de su categoría en el mercado nacional.

La colaboración del fabricante permitió reducir el número de vehículos sospechosos, momento en el que los investigadores interrogaron a sus propietarios. Uno de ellos, amedrentado al observar las pruebas que había contra él, incurrió en numerosas contradicciones que le llevaron finalmente a admitir su implicación en los hechos.

El ahora detenido, A.C.M., madrileño de 25 años de edad, había aparcado su coche en un garaje propiedad de su padre, en un intento de ocultar los daños que presentaba y que probaban definitivamente su delito. Tras ser acusado de homicidio en grado de tentativa, ya ha pasado a disposición judicial.