Su diagnóstico forma parte del panorama económico publicado este martes, donde revisa al alza gran parte de las proyecciones en los diferentes países ante la expectativa de que la vacunación permita a las economías retomar antes su recuperación, y después también de constatar que el PIB español cayó un 11% en 2020 frente al 11,6% que temía.

Sus previsiones sitúan a España entre los países con mayor potencial de recuperación este año y solo por detrás de la India (pronostica un aumento del 12,6% para su PIB en el 2021), China (+7,8%), Estados Unidos (+6,5%), Francia y Turquía, ambas con expectativas de expansión del 5,9%.

Por geografías, revisa al alza su previsión para el conjunto del mundo al 5,6% desde el 4,2% previo para este año; augura un aumento del 6,2% para los países del G-20 y del 3,9 para la zona euro, frente al 3,6% que había pronosticado en diciembre pasado.

La mayor revisión al alza la ha realizado para India, donde sus expertos amplían desde el 7,9 al 12,6% la estimación de crecimiento para este año; y en Estados Unidos, donde espera una expansión del 6,5% frente al 3,2% previo. Sin embargo, también ha corregido a la baja el PIB esperado en Italia y Francia, donde los sitúa en el 4,15 y 5,9% frente a una estimación previa del 3,9 y 5,8%, respectivamente.

“Las perspectivas económicas mundiales han mejorado notablemente en los últimos meses gracias al despliegue gradual de vacunas eficaces, los anuncios de apoyo fiscal adicional en algunos países y las señales de que las economías están afrontando mejor las medidas para reprimir el virus”, expone en su informe.

La OCDE espera, de hecho, que el PIB mundial supere el nivel prepandémico “para mediados de 2021”, aunque “los ingresos de muchos países se mantendrán por debajo del nivel esperado antes de la pandemia a fines de 2022”.

Sus expertos creen que las “estrictas” medidas de contención aún “frenarán el crecimiento en algunos países” y sectores a corto plazo, “mientras que otros se beneficiarán de políticas de salud pública eficaces, un despliegue de vacunas más rápido y un fuerte apoyo político”.

El organismo avisa de la existencia de “riesgos considerables” como podría ser un lento progreso en la vacunación, o la aparición de nuevas mutaciones de virus resistentes a las vacunas”, ya que “darían como resultado una recuperación más débil, mayores pérdidas de puestos de trabajo y más fracasos comerciales”.

Para la OCDE, la “máxima prioridad política” tiene que ser “garantizar que todos los recursos necesarios se utilicen para producir y desplegar completamente las vacunas lo más rápido posible en todo el mundo, para salvar vidas, preservar los ingresos y limitar el impacto adverso de las medidas de contención en el bienestar”. “Los recursos necesarios para proporcionar vacunas a los países de ingresos más bajos son pequeños en comparación con los beneficios de una recuperación económica mundial más fuerte y rápida”, insta en su informe donde insta a evitar en cualquier caso “un endurecimiento prematuro de la política fiscal”.

En este punto defiende que “se justifica el apoyo continuo a los ingresos para los hogares y las empresas hasta que la vacunación permita una reducción significativa de las restricciones en las actividades”, pero reorientándolos para “apoyar” a las personas y ayudar a empresas con “subvenciones y capital en lugar de deuda”. También emplaza a los países a acometer reformas que permitan “una recuperación sólida, sostenible e inclusiva”.