Así lo explicó Ribera en la Sesión de Control al Gobierno de la Cámara Baja, donde el diputado de Compromís, Joan Baldoví, le pidió el cierre de esta central nuclear, que está pendiente de renovar su licencia.

La ministra indicó que su departamento está pendiente de recibir el informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que avala la continuidad de la planta hasta el año 2030 y que tras estudiarlo emitirá su decisión.

A este respecto, apuntó que además de analizar el marco jurídico, su departamento tendrá en cuenta aspectos sobre “la seguridad de la planta, la seguridad del proceso de desmantelamiento y la seguridad del suministro eléctrico para todos los españoles”.

“Somos conscientes de que hay un número importante de españoles que entienden que es importante dejar la nuclear atrás”, afirmó la vicepresidenta, quien defendió que “debemos hacerlo con todo cuidado y atención”.

En esta línea, destacó que existe un calendario en el que “se habla del cierre de las nucleares”, que en el caso de Cofrentes sitúa el fin de su operativa en 2030, fecha para la que se ha pedido esta renovación de la autorización.

Entre otros aspectos, Baldoví denunció que se trata de un una central “vieja y obsoleta” con un reactor del mismo tipo que Santa María de Garoña (Burgos), que está ya cerrada, o Fukushima, la central japonesa que sufrió un accidente en 2011.

Además, señaló que la nuclear “no puede competir en costes y capacidad de generación con las renovables” y recordó que existe un acuerdo de las Cortes Valencianas, suscrito por el PSOE y Unidas Podemos, que pide el cierre de la instalación.