Medio rural y natural

Ribera afirma que la caza del lobo es “ineficaz” para los ganaderos

- Afirma que proteger esta especie facilitará las ayudas en ataques a explotaciones ganaderas

- El PP ve una “tomadura de pelo” que se prohíba cazar el lobo al norte del Duero

MADRID
SERVIMEDIA

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, aseguró este martes que la caza del lobo ibérico es “manifiestamente ineficaz” para la ganadería extensiva y que la protección homogénea de esta especie en toda España facilitará una mejor cobertura de indemnizaciones donde haya ataques de lobos a explotaciones ganaderas.

Ribera hizo esta consideración en el Pleno del Senado al responder una interpelación formulada por Juan José Sanz, del PP, sobre las consecuencias que va a suponer para las explotaciones ganaderas, el medio ambiente y rural la reciente decisión de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad (formada por el Gobierno y las comunidades autónomas) de incluir a todas las poblaciones del lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespe), lo que supone que dejará de ser una especie cinegética al norte del Duero, puesto que su caza ya está prohibida al sur de esta cuenca hidrográfica.

Ribera, que mostró su “solidaridad y afecto” con los ganaderos y las familias afectadas por un ataque de lobos que mató a 59 ovejas en Villalonso (Zamora) a comienzos de este mes, indicó que más de 500 científicos firmaron este martes una carta abierta defendiendo la inclusión del lobo en el Lespe.

Indicó que la caza de lobos al norte del Duero supone la “paradoja” de que no evita sus ataques y que las víctimas de estos carecen de “un régimen de cobertura homogéneo y automático”, lo que sí ocurre al sur del Duero al ser una especie protegida, de manera que hay una regulación específica común que permite el pago de indemnizaciones por responsabilidad patrimonial directa de las administraciones públicas.

Además, recalcó que la diferente consideración del lobo por ser especie cinegética al norte del Duero y protegida al sur de éste dificulta un seguimiento homogéneo de lo que ocurre en estos territorios, que haya un censo y condiciones de los ataques, por lo que apostó por la “coexistencia” entre este depredador y la ganadería.

“Las cosas, tal y como están, no son buenas para nadie y menos que nadie para los ganaderos. No lo es para la ganadería extensiva, no lo es para el lobo. Tiene muy poco sentido seguir mirando hacia el otro lado”, añadió.

COSTE ASUMIDO POR LA SOCIEDAD

Ribera consideró “manifiestamente mejorables” las medidas de apoyo a la ganadería y los criterios de gestión de las zonas lobunas, lo que implica “desigualdad e ineficacia”, así como “frecuente litigiosidad y judicialización” de normativas autonómicas para la caza del lobo, sobre todo en Castilla y León, tumbadas en algunos casos por los tribunales.

“Debemos evitar daños y, si se producen, compensarlos”, comentó, antes de agregar: “Conviene plantearnos de una vez por todas que el coste que supone la convivencia del ganado con grandes carnívoros debe ser asumido solidariamente por la sociedad y no tan sólo por los ganaderos”.

Ribera afirmó que hay “mecanismos y finalidades distintas a la cinegética” en la gestión del lobo que “habitualmente son mucho más eficaces”, como en Francia, que ha adoptado un modelo común que aporta seguridad jurídica y evita agravios comparativos entre ganaderos de distintas zonas, al financiar con fondos de la PAC (Política Agrícola Común) algunas medidas de protección del ganado e indemnizaciones cuando se producen daños. “Hoy la coexistencia entre lobo y ganadería cuenta con instrumentos más que adecuados que la mera regulación de la caza, que hemos visto es manifiestamente ineficaz”, sentenció.

Otra conclusión para Ribera no es si se caza o no el lobo al incluirse en el Lespe, sino unificar la gestión sobre la ganadería extensiva, una “actividad de gran interés socioeconómico” y también ambiental “que debe protegerse y apoyarse”.

“El debate no está entre elegir lobo y ganadería, sino cómo garantizar de forma eficaz y justa una coexistencia con los ganaderos, predecible para las instituciones, solvente para el lobo y, sobre todo, solidaria para con las familias donde hay grandes depredadores”, apostilló.

“BURLA” Y “TOMADURA DE PELO”

Por su parte, Sanz indicó que no comparte que el lobo deje de ser una especie de caza al norte del Duero por varias razones. Una de ellas es de índole política por la “deslealtad” del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el proceso administrativo iniciado en septiembre de 2019, cuando recibió una solicitud de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) para la protección de esta especie en las zonas donde entonces no lo estaban.

Otra razón es científica porque, según Sanz, el dictamen del Comité Científico previo a la votación de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad no tiene en cuenta otras consideraciones como los colegios de ingenieros de montes, ingenieros agrónomos o veterinarios.

Y la tercera es de índole jurídica porque la decisión de prohibir la caza del lobo al norte del Duero “invade competencias exclusivas” recogidas en algunos estatutos de autonomía.

“No hay nada que ponga más en peligro al propio lobo que esta medida, no hay nada que ponga más en peligro a la población de estos lugares que esta medida”, aseveró Sanz, que aventuró que podrían aumentar los “ataques furtivos” y añadió: “Es una burla, una tomadura de pelo, es una falta de respeto sin precedentes a las gentes del medio rural y a los ganaderos”.

Para Sanz, el “ecofundamentalismo progresista radical” de Ribera impide a la vicepresidenta cuarta del Gobierno “ver el problema tal cual es”, puesto que el número de manadas de lobos ha aumentado con los años (125 en 1998, 149 en 2000, 179 en 2012 y 191 actualmente) y las “mejores” están en las reservas de caza de Fuentes Carrionas (Palencia), la Sierra de la Culebra (Zamora) y Riaño (León).

Según el senador popular, la nueva decisión de prohibir la caza del lobo es “la consecuencia de un ministro de Agricultura inane, plácidamente acomodado, que está dispuesto a trabajar con lo que sea” y también de grupos parlamentarios socialistas en el Congreso y en el Senado que ejercen, a su juicio, de “felpudo de este Gobierno radical e intransigente”.

Por ello, indicó que el PP presentará una moción para rechazar que el lobo sea incluido en el Lespe y pueda seguir cazándose al norte del Duero. “Veremos si están con los territorios a los que representan o con el Gobierno, que es el Gobierno, como dice Cebrián, del caos, el poder de los idiotas”, apuntó.

Ribera concluyó el debate de la interpelación indicando que Sanz recurrió al “insulto”, la “agresividad” y la “soberbia” y se “arroga ese grito de a ver si están conmigo o contra mí” anunciando como “una amenaza” una iniciativa para “poder rescatar de entre los senadores quién está, como si fuera algo para elegir en un partido de fútbol, con el lobo o con los territorios”.

(SERVIMEDIA)
23 Feb 2021
MGR/clc