Durante estos tres meses de misión, dijo Chacón, el coste total ha sido de 43 millones de euros, por lo que la ampliación de la participación tendrá un coste mensual estimado de unos 14,4 millones de euros. Si bien, la titular de Defensa, indicó que "son estimaciones" que se procurarán "reducir con el esfuerzo continuo del Estado Mayor de la Defensa".

En una comparecencia conjunta en la sede de la Cámara Baja con la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, para pedir autorización para mantener la participación militar española, Chacón fue tajante y señaló que "en ningún caso" la prórroga implicará "acciones sobre el terreno ni un incremento de tropas".

Por su parte, la jefa de la diplomacia española, dijo que "la presión diplomática, económica, militar está dejando a Gadafi cada día más aislado y que el régimen (libio) está cada vez más debilitado, tanto desde el punto de vista internacional como en el plano interno".

Señaló que "mientras el régimen libio siga siendo una amenaza (para el pueblo libio), España debe seguir en la misión".

"Vamos a seguir manteniendo la presión todo el tiempo que haga falta hasta que cesen los ataques contra la población y el alto el fuego pueda verificarse", agregó Jiménez. Si bien recalcó que la solución "debe venir desde dentro de Libia" y no puede ser "sólo militar, sino fundamentalmente política". Esa solución, dijo, deberá ser "democrática y lo más inclusiva posible", además de garantizar "la unidad y la integridad territorial" de Libia.

En su intervención, la ministra Jiménez explicó que el Gobierno de España ha decido “poner fin a la misión” del embajador de Trípoli en Madrid porque ya no se reconoce la legitimidad del régimen al que representaba (Gadafi). ”La embajada libia en Madrid no ha cerrado porque se tienen relaciones diplomáticas no con gobiernos sino con Estados”. Se vive ahora una “situación algo compleja”, reconoció.

En este sentido, Jiménez dijo que “no se cierra pero sí se rebaja el nivel de interlocuciones” igual que “tampoco se ha cerrado” la embajada de España en Libia aunque “no hay ningún representante diplomático”. “Se mantienen las relaciones aunque rebajado el nivel de interlocución”, insistió.

ACTUACIONES

En este operativo de la OTAN en Libia, España participa (desde el 19 de marzo) con cuatro aviones de combate F-18 y dos aviones de reabastecimiento en vuelo, para los cometidos destinados a garantizar la zona de exclusión aérea, y una fragata, un submarino y un avión de vigilancia marítima para el embargo naval de armas. El despliegue autorizado es de un máximo de 500 efectivos, si bien actualmente hay 413 militares.

La ministra de Defensa detalló que para el establecimiento de la zona de exclusión aérea, el conjunto de aeronaves bajo mando de la OTAN ha realizado 11.600 salidas, de las que 184 corresponden a los cuatro F-18 españoles, que acumulan 805 horas de patrullas de vuelo, en las que no han recibido ninguna orden de intervenir contra algún avión no autorizado.

En cuanto a los aviones de reabastecimiento, apuntó que han hecho 107 misiones y acumulan 584 horas de vuelo y más de 1,7 millones de litros de combustible suministrado.

En lo que al embargo naval se refiere, los medios de la OTAN han interrogado a más de 1.400 buques, de los que 102 han sido inspeccionados y ocho no han sido autorizados a proseguir el tránsito. De ellos, 117 buques han sido interrogados por la fragata “Méndez Núñez”, que ha inspeccionado a 19. El avión de vigilancia marítima ha realizado 36 misiones, con un total de 216 horas de vuelo durante las que han identificado a 525 embarcaciones. Mientras tanto, los submarinos Tramontana y Mistral, que llegó después a la zona en sustitución del primero, han acometido más de 800 misiones.

La titular de Defensa reconoció los avances de la misión siendo “lo más importante” que se han salvado “la vida de miles de personas que corrían un peligro cierto de ser asesinadas por el régimen de Gadafi”.

“Dicho esto, volvemos a reclamar hoy a la OTAN, que evite a toda costa las víctimas civiles, cualquier víctima civil es excesiva, es intolerable, y hoy volvemos a reclamar que se extremen al 100% todas las precauciones”, apostilló. Este fin de semana, una actuación de la Alianza acabó con la vida de nueve personas.

VOTACIONES

Por parte de CiU, votó el portavoz del Grupo Josep Antoni Duran i Lleida, que al actuar como presidente de la Comisión conjunta, optó por explicar antes de la reunión a los medios de comunicación su voto favorable. Abogó por el diálogo de la comunidad internacional con el entorno de Gadafi para conseguir un auténtico encauzamiento del proceso democrático, un “auténtico alto el fuego”, y así alejar el riesgo de una guerra civil de “muchos años”.

Recordó que desde el principio expresó como “extraño” que el Gobierno pensara que la operación duraría sólo un mes

El peneuvista Joseba Beloki, más beligerante de lo habitual con las ministras, justificó el voto favorable de su grupo pese a que advirtió que se puede estar “entrando en un camino sin salida”. Preguntó si las tres intervenciones para autorizar y prorrogar (2) esta misión suponen “equivocaciones en las previsiones” o un “cambio en los objetivos” de la misión.

La diputada de UPyD Rosa Díez fue crítica contra el Gobierno, pese a que en anteriores ocasiones siempre apoyó la participación militar española en misiones en el exterior. Esta vez dijo que no entiende porqué se pide una prórroga “indefinida” en lugar de 90 días como lo expresado por la OTAN y de ahí que su voto final fuera la única abstención.

El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares reclamó la comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Pleno porque entiende que hay un “cambio de la naturaleza de la misión” en Libia. Tras manifestar su posición en contra, se ausentó de la sala a la hora de la votación expresar su oposición y no ser participe del este asunto porque “nos embarcarnos en una guerra civil”, añadió.