Según Coca, el decreto 293/2009 aprobado el pasado 7 de julio por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, “es el primero del territorio español en entrar en vigor tras la creación de la Ley 51/2003 sobre Igualdad de Oportunidades, No-Discriminación y Accesibilidad Universal (Liondau)”.

El director general de personas con discapacidad de la Junta de Andalucía dijo, en el marco de la mesa temática “retos de la nueva arquitectura”, que el nuevo decreto se está aplicando a todas las obras de nueva construcción y todos los transportes de nueva adquisición. “Para lo ya edificado se prevé su adaptación gradual tanto a lo público como a lo privado hasta el 1 de enero de 2019”, añadió.

En la misma mesa intervino el jefe del departamento de Tecnología Accesible e I+D de la Fundación ONCE, Enrique Varela y el director de ámbito, hábitat y construcción del Instituto de Biomecánica de Valencia, Tomás Zamora.

Varela explicó hacia dónde debería caminar la tecnología (domótica) para crear una “casa madre”, es decir, “una vivienda que se integre con las personas y que responda a sus necesidades”.

El experto denunció que hasta el momento se ha diseñado la tecnología de espaldas al usuario, creando una brecha digital que “se amplía según se avanza en el desarrollo tecnológico”.

Sin embargo, según Varela, se debería trabajar en el diseño de una vivienda que facilite la vida de las personas, y que cuente con equipos de apoyo apropiados a las necesidades de cada uno, con elementos que se entiendan entre sí y conciban la casa como un todo “inteligente”. Para Varela, el principal objetivo de las viviendas desde su creación debe ser “la accesibilidad universal y el diseño para todos”.

No obstante, el experto señaló que estos avances “no son muy comunes todavía en los hogares”, debido sobre todo al alto precio de los progresos que se han realizado hasta el momento en este ámbito, y al desconocimiento de la población en cuanto a cómo integrar elementos inteligentes en el propio hogar.

Por su parte, Tomás Zamora, explicó cómo determinados datos muestran la necesidad de aplicar el diseño universal a nuestras ciudades, ya que, “hay una estrecha relación entre cómo es una ciudad y los riesgos que puede evitar”.

Según Zamora, para que haya diseño universal, éste “tiene que resultar rentable”. Por esta razón ha apostado por la necesidad de “seducir a las empresas para que crean en él”, y dirijan sus acciones hacia un diseño para todos.