Así lo indicó este martes Montserrat Grañeras Pastrana, asesora en el Gabinete del Secretario de Estado de Educación y responsable de la Unidad de Igualdad del Ministerio de Educación, durante un debate virtual organizado por la Fundación Alternativas sobre la educación sexual en la nueva ley educativa.

Grañeras apuntó a que el cambio del currículo debe propiciar la construcción de una ciudadanía crítica y respetuosa y recoger la convergencia del "binomio" de la educación que reciben los niños y jóvenes "y lo que necesitan" en un mundo sujeto a "grandes cambios".

En este punto, la asesora se refirió a situaciones emergentes "que pueden estar afectando a la salud sexual de nuestros jóvenes, el aumento de las violencias sexuales y el uso de las tecnologías de la información".

Grañeras se hizo eco de un reciente trabajo promovido por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género cuyos datos alertan del aumento de la violencia en cuestiones como el acoso sexual en las redes.

"Trabajar esos aspectos en la escuela prevención reduce los casos en los hogares y riesgos de Internet", aseveró, pues considera que, según el citado trabajo, "haber trabajado en estos temas reduce el riesgo de sufrir y ejercer conductas violentas en las relaciones de pareja".

Así, defendió que "sería deseable extender esta educación y prevención a toda la población escolar", pues "la vacuna efectiva se llama educación". "No vale con currículos que sean una foto fija", remarcó.

El encuentro virtual lo presentó el director del Laboratorio de la Fundación Alternativas, Jesús Ruiz-Huerta, que lamentó que la educación sexual sea la "asignatura pendiente" del sistema educativo como "asignatura propia", a pesar de que organizaciones como la Unesco reclaman programas de educación sexual para responder a los problemas de educación sexual, especialmente en los adolescentes.

En este punto, lamentó que niños y adolescentes se forman en sexualidad "a través de los peores cauces posibles, desde la pornografía".