Alimentación

Expertos en nutrición, alimentación y dietética critican que el algoritmo de NutriScore “no es claro ni está bien ponderado”

- Consideran que, si lo estuviese, el aceite de oliva no debería ser excluido, como ha anunciado el Ministerio de Consumo

MADRID
SERVIMEDIA

La Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) advirtió este lunes de que el algoritmo en el que se basa el sistema de etiquetado frontal de los alimentos NutriScore “no es claro ni está bien ponderado” y advirtió de que, si lo estuviese, el aceite de oliva no tendría por qué ser excluido del mismo, como es intención del Ministerio de Consumo de España, algo que considera una “salida de tono”.

Así lo defendió en rueda de prensa la doctora Ascensión Marcos Sánchez, presidenta de la Fesnad, quien subrayó la necesidad de “mejorar” los criterios nutricionales de implantación de dicho sistema en España y juzgó “imprescindible” realizar un “profundo” trabajo previo a su implantación para conseguir un “amplio consenso que garantice su éxito” y en el que participen todos los sectores implicados en el consumo de alimentos.

Junto a ello, también estimó “esencial” desarrollar campañas de educación nutricional de forma “continuada” a través de los profesionales de nutrición, alimentación y dietética para que el consumidor “sea capaz” de tomar decisiones “informadas” con el fin de realizar la compra y el consumo de alimentos y bebidas “más saludables”.

Marcos Sánchez consideró que el sistema de etiquetado frontal NutriScore, que España tiene previsto implantar este año, es una “buena herramienta” para “ayudar” a los consumidores a realizar una compra “saludable”, si bien alertó de que, para que sea efectivo, debe ser “fácilmente comprensible, neutral y adaptado a los hábitos y guías alimentarias de la población” a la que va dirigido.

En este punto, denunció que su algoritmo “no es claro”, ya que está calculado a partir de la cantidad de energía y algunos nutrientes por 100 gramos o 100 mililitros y del porcentaje o presencia de ciertos alimentos, sin considerar la porción ni la frecuencia de ingesta. “Podemos estar tomando un producto con una letra A, verde, y a lo mejor lo estamos tomando con demasiada frecuencia y eso no es saludable”, espetó, al tiempo que puntualizó que, además, “no se adapta a la dieta mediterránea”.

NO ESTÁ BIEN PONDERADO

“El algoritmo no está bien ponderado, en el sentido de que la presencia de algunos puntos favorables enmascara los puntos desfavorables, lo cual no es científicamente razonable y genera dudas en el consumidor”, abundó, al tiempo que advirtió de que evalúa alimentos y bebidas “con criterios distintos y no considera el grado de procesamiento de los alimentos”. “No distingue la calidad y procedencia de la proteína de diferentes alimentos, lo cual sería muy interesante para saber qué y cómo lo estamos comiendo y no diferencia en absoluto la cantidad y calidad de la grasa presente”, sentenció, convencida de que NutriScore “no valora apropiadamente”.

“Si funcionara apropiadamente y bien, no hay que quitar ningún alimento, ni mucho menos”, insistió, en referencia al aceite de oliva, aceite de oliva virgen y virgen extra que, según su postura, deberían contar con una clasificación “apropiada” en dicho etiquetado, “que no contradiga las alegaciones de salud autorizadas por la UE”.

Tras hacer hincapié en que la federación ha encontrado “muchos fallos y muchísimos ejemplos de cosas mal hechas” en torno al sistema, puso también como ejemplo que no considera el valor “esencial” de minerales, vitaminas ni otros compuestos bioactivos con funciones fisiológicas “imprescindibles para una buena nutrición”. “No valora la cantidad de nutrientes del alimento en su conjunto ni las necesidades concretas de determinados grupos de población española con carencias nutricionales”, apostilló, convencida de que también es posible realizar otras mejoras al algoritmo que incluyan aspectos como la frecuencia con la que debe aparecer en la dieta.

Por su parte, el consultor en regulación alimentaria y vicepresidente de la Comisión de Economía Agroalimentaria del Colegio de Economistas de Cataluña, el doctor Antoni García Gabarra, propuso como posibles modificaciones al actual sistema la evaluación del producto por 100 kilocalorías en lugar de por gramos o mililitros como base de cálculo o puntuar negativamente sólo la energía total que proviene de grasas saturadas y azúcares, aumentando la puntuación de ambos.

Con respecto a proteínas y porcentaje de frutas, verduras, legumbres, frutos secos y aceites de oliva, colza o nuez, abogó por no puntuarlos positivamente, al contrario que las grasas monoinsaturadas, Omega 3, hidratos de carbono distintos de azúcares y polialcoholes, fibra, vitamina D, vitamina E, calcio y zinc.

PERFILES NUTRICIONALES

El experto ve “urgente” la necesidad de retomar a nivel europeo el proyecto para establecer perfiles nutricionales, “frenado” en el 2009, con el fin de que no sea posible “seguir haciendo declaraciones nutricionales y de propiedades saludables” de alimentos con un perfil nutricional “desfavorable” y que son “una auténtica porquería” o que puedan hacerse “solo de forma muy restringida”.

García Gabarra valoró “conveniente no proseguir la proliferación de la implantación de los diversos sistemas en los Estados miembro para no crear más confusión y ruptura de la unidad de mercado” y un posible “reino de taifas” entre los sistemas implantados en los diferentes países, al contrario de lo que ocurre en EEUU, Sudamérica, Australia o Nueva Zelanda.

(SERVIMEDIA)
15 Feb 2021
MJR/gja