Para realizar este estudio sobre las “Diferencias significativas en el uso de los recursos sanitarios en población autóctona e inmigrante en España”, esta universidad analizó la situación de los inmigrantes que no proceden de la Unión Europea, de Estados Unidos ni de Canadá.

Según concluye Pilar Carrasco, investigadora principal de este trabajo, el mayor número de visitas del colectivo a los servicios de urgencia puede deberse “a la facilidad de acceso a los servicios de urgencia en los hospitales y a un desconocimiento de los protocolos por parte de la población inmigrante”.

Los datos, obtenidos de la Encuesta Nacional de Salud Pública del año 2007, ponen de manifiesto que el 29,73% de los inmigrantes (frente al 39,11% de los españoles) ha visitado al médico en los últimos 12 meses.

Sin embargo, las hospitalizaciones en los doce meses previos a la encuesta entre la población inmigrante fueron más frecuente que entre la población autóctona: el 10,52% frente al 9,51%. Otro tanto ocurre con la utilización de los servicios de urgencias: el 36,04% frente al 28,95%. En opinión de la docente, esto “no se debe en ningún caso a unas condiciones de salud más pobres”.

En líneas generales, los inmigrantes padecen menos enfermedades que los españoles: alta presión arterial (8,69% y 21,64% respectivamente), enfermedades coronarias (2,11% y 7,73%), colesterol (5,20% y 16,66%), diabetes (2,30% y 6,49%), asma (3,44% y 5,63%), bronquitis (2,12% y 4,99%), alergia (10,17% y 12,28%), artrosis (7,15% y 21,67%), depresión y ansiedad (7,22% y 14,31%), migrañas (11,86% y 11,94%) y dolor de espalda (19,97% y 29,16%). Tan solo el porcentaje de inmigrantes que padece de úlcera gástrica es superior al de los españoles (6,15% y 5,54%).

También se inmigrantes se medican menos (54,08% frente a 66,91%) y también se vacunan menos contra la gripe (7,88% frente a 23,74%). Sin embargo son más propensos a la automedicación (18,81% frente a 15,45%) y consumen más medicinas alternativas (5,37% frente 4,83%).