Así lo dijo en un encuentro telemático organizado por Nueva Economía Fórum un día después de que el Gobierno acordase la aprobación y remisión a las Cortes Generales de la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, que tiene como ejes primordiales la promoción y defensa de los derechos humanos, la democracia y la igualdad de género; la apuesta por la economía global; el compromiso con la transición energética; y el apoyo al multilateralismo.

La jefa de la diplomacia española explicó que esta estrategia, la segunda que se aprueba desde la entrada en vigor de la Ley 2/2014, de 25 de marzo, de la Acción y del Servicio Exterior del Estado, no es un plan propio del Ministerio de Asuntos de Exteriores, sino el resultado del trabajo conjunto del Gobierno, las comunidades autónomas, las corporaciones locales, las empresas y la sociedad civil.

Adujo que el proceso de elaboración del texto se ha caracterizado por la realización de “muchísimas consultas” a un “amplio abanico de actores” para recoger una “amplia diversidad de deseos, opiniones y aspiraciones” a partir de un “diagnóstico de la situación actual en el mundo”.

González Laya apuntó que la estrategia incide en las “fortalezas” del país “delineando una serie de acciones para impulsar cambios”. Todo ello, atestiguó la ministra, con el fin de plasmar “la vocación global de España” y de dotar a la globalización de “señas de identidad españolas”.

La ministra expuso que la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024 se asienta sobre cuatro principios: “europeísmo convencido”, “más y mejor multilateralismo”, “bilateralismo estratégico” con Iberoamérica o el continente africano y la “solidaridad”.

El Consejo de Ministros acordó ayer la aprobación y remisión a las Cortes Generales de la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024, que tiene como ejes primordiales la promoción y defensa de los derechos humanos, la democracia y la igualdad de género; la apuesta por la economía global; el compromiso con la transición energética; y el apoyo al multilateralismo.

En su contenido, se identifican las grandes tendencias mundiales que se han visto aceleradas con la llegada de la pandemia del coronavirus: “una mayor interdependencia global en un mundo cada vez más fracturado”, “velocidad en el cambio” e “incremento de la incertidumbre”.

La estrategia identifica cuatro “grandes fracturas” a las que España ansia responder: la “socioeconómica”, con un “aumento de las desigualdades y sin un paradigma económico claro”; la “ecológica, climática, demográfica y de biodiversidad”; la “tecnológica”, con “grandes brechas de desarrollo entre economías”; y la “política y de gobernanza”, que “ha incrementado la pérdida de confianza de la ciudadanía en las instituciones”.

El texto se ha remitido a las Cortes Generales para su conocimiento y discusión. Tras el debate en el Congreso de los Diputados y en el Senado, el Consejo de Ministros deberá aprobarlo definitivamente, previo informe del Consejo de Política Exterior.