ETA. El etarra Garate reconoce haber secuestrado y encerrado en una cueva al empresario Aguinagalde

- El acusado niega en cambio haber asesinado a un ertzaina

MADRID
SERVIMEDIA

El etarra Luis Enrique Garate reconoció hoy en la Audiencia Nacional haber participado en el secuestro en 1986 del industrial Lucio Aguinagalde, al que encerraron en una cueva, pero negó haber participado en el tiroteo que se produjo cuando el comando fue descubierto por la Ertzaintza y en el que fue asesinado el agente autonómico Genero García.

“Salí con una metralleta pero no realicé ningún tiro”, dijo el etarra sobre su participación en el tiroteo que tuvo lugar el 2 de noviembre de 1986, después de que la Policía Autónoma Vasca encontrara la cueva en la que los terroristas tenían encerrado al empresario.

Garate hizo estas declaraciones en el juicio que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró esta mañana contra él. El fiscal encargado del caso, Daniel Campos, solicitó 78 años y nueve meses de cárcel para el acusado al atribuirle delitos de pertenencia a banda armada, asesinato, detención ilegal, depósito de armas y explosivos, lesiones y falsificación en documento oficial.

El fiscal sostiene que Garate, junto a los etarras ya condenados Francisco Antonio Cabello y Juan María Gabilondo, abordaron violentamente en la tarde del 15 de octubre de 1986 al empresario Aguinagalde a su salida del frontón de Mendizorroza de Vitoria y le obligaron a meterse en un coche. Llevaron al secuestrado hasta una cueva en el monte Eguski-Ola, en el término municipal de Zeanuri (Vizcaya), que habían habilitado anteriormente.

El 1 de noviembre un agente de la Ertzaintza fuera de servicio que caminaba por la zona descubrió la cueva y se percató de que la entrada estaba tapada con una losa. Este agente, que declaró como testigo en el juicio, explicó que conocía la cueva y que le extrañó que la entrada estuviese tapada por una piedra.

Cuando fue a retirar la piedra se percató de que estaba enganchada a unos cables, por lo que en un primer momento temió que se tratase de una bomba trampa, pero acto seguido escuchó unas voces en el interior y recordó que “a 20 kilómetros de allí habían secuestrado a un empresario”.

TIROTEO EN EL MONTE

A primera hora de la mañana del día siguiente una patrulla de la Policía Autónoma Vasca se desplazó al lugar, sorprendiendo en los alrededores al etarra Cabello, al que detuvieron.

Los agentes rodearon la cueva e hicieron varios llamamientos. Al no obtener respuesta, uno de los ertzainas se dispuso a entrar. Este agente explicó en el juicio que cuando se asomó por la entrada de la cueva vio unas botas y una pistola que le apuntaba, por lo que reculó, se tiró al suelo y empezó a rodar.

El fiscal Campos sostiene que en ese momento, Garate, metralleta en mano, y Gabilondo, portando una pistola, comenzaron a disparar contra los policías, matando a Genaro García e hiriendo a otro. Los dos etarras huyeron monte abajo, si bien la Ertzaintza pudo finalmente detener a Gabilondo.

HUIDA DE LOS ETARRAS

Garate, que sólo contestó a las preguntas de su abogado, reconoció su participación en el secuestro pero negó haber disparado contra los agentes. Señaló que cuando se percataron de la presencia policial, él y Gabilondo decidieron “espontáneamente” salir de la cueva pero no trazaron ningún plan para la huida.

Gabilondo, que ya ha sido condenado por estos hechos y que declaró como testigo en el juicio, explicó que en la mañana del 1 de noviembre escucharon “unas voces” en el exterior de la cueva pero pensaron que se trataba de un pastor. Aún así, como medida de precaución, al día siguiente decidieron que Cabello se quedará en el exterior para vigilar la zona.

El etarra señaló que se encontraba durmiendo cuando Garate le despertó y le dijo que la policía estaba en el exterior de la cueva. “Fue muy rápido, me puse las botas, cogí una pistola y me fui para fuera”, dijo. Gabilondo dijo por último que, aunque no recuerda los detalles, no vio disparar al acusado.

RÁFAGAS DE METRALLETA

El otro terrorista que participó en el secuestro, Francisco Antonio Cabello, no pudo dar detalles del tiroteo ya que fue detenido en el exterior, “a unos 200 metros de la cueva”.

Este etarra, que ya fue condenado por estos hechos y que en la actualidad se encuentra en libertad, señaló que el comando pensaba “que todo iba a salir como se había planeado, que se iba a pagar el rescate”.

A pesar de la afirmación de Garate de que no llegó a disparar, todos los agentes de la Ertzaintza que comparecieron ante el tribunal aseguraron haber oído ráfagas de metralleta.

Además de los 78 años de cárcel, el fiscal pidió que Garate indemnice con diferentes cantidades de dinero a los herederos del agente muerto, así como al empresario Aguinagalde por los sufrimientos físicos y morales padecidos durante el secuestro.

Tras escuchar las conclusiones de la Fiscalía y de la defensa, el presidente del tribunal, el magistrado Fernando García Nicolás, decretó el visto para sentencia.

(SERVIMEDIA)
13 Abr 2011
DCD/pai