Lo dijo en una entrevista en RNE recogida por Servimedia un día después de la toma de posesión de Biden como 46º presidente de EEUU, una ceremonia que tuvo lugar ante las escalinatas del Capitolio en Washington.

La jefa de la diplomacia española consideró que “se abre un momento muy esperanzador” con Biden en la Casa Blanca, como quedó demostrado en los primeros decretos que firmó para reintegrar a EEUU en la OMS y en el Acuerdo de París, o los relacionados con políticas migratorias.

A su juicio, estas medidas ponen de manifiesto que Biden comprende la necesidad de “dar una respuesta conjunta trabajando con socios y aliados para gestionar asuntos en los que no cabe el unilateralismo. La señal es de apoyo al multilateralismo y a la cooperación internacional”.

Respecto a cómo espera que se desarrolle la relación de España con EEUU a partir de ahora, confió en retomar una serie de cuestiones que “estuvieron varadas” bajo la égida de Trump en la Casa Blanca, tales como las visitas bilaterales al más alto nivel o los conflictos en materia comercial.

Sobre esta última materia, dejó claro que se seguirá insistiendo en que “el comercio con EEUU es justo y que hemos sido acusados injustamente de competencia desleal”. Esto le sirvió para recordar que el contencioso que Washington y la UE mantienen desde hace años a cuenta de Airbus y Boeing “necesita una solución negociada”.

En materia de seguridad y defensa, auguró que “no creo que vaya a haber dificultades” con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y adelantó que “ahí sólo veo un campo estupendo para construir más relación entre EEUU y España”.

González Laya prefirió ser “muy cuidadosa” a la hora de pronunciarse sobre su nuevo homólogo estadounidense, Antony Blinken, ya que todavía no ha sido confirmado en el cargo.

También rehusó comentar si abordará con Blinken el reciente reconocimiento de EEUU a la soberanía marroquí sobre el Sahara, y reiteró la necesidad de nombrar a un nuevo enviado especial del secretario general de la ONU para este territorio, un puesto que lleva vacante 18 meses, como primer paso para encontrar “una solución negociada”.

Por último, adujo que la relación con Trump fue “amable”, pero reconoció que su tendencia era “más unilateralista, lo que dificulta responder a cuestiones que tienen una dimensión más allá de lo nacional”. No obstante, llamó la atención ante el hecho de que “el problema fue el método, muchas veces estábamos de acuerdo con el diagnóstico”.