En rueda de prensa, el director general del Injuve, Gabriel Alconchel, señaló que del colectivo de "ni-ni" hay que descontar aquellos que colaboran en las tareas domésticas, los que se dedican al cuidado de personas dependientes (mayores, niños y enfermos), los que esperan para ingresar en algún curso, los que tienen deseos de trabajar pero no pueden por la crisis, los que están afectados por un ERE y aquellos en situación de incapacidad.

“Los verdaderos ‘ni-ni’ no tienen deseos de trabajar ni de estudiar y por tanto no lo buscan”, dijo. Según el estudio “Desmontando a ni-ni. Un estereotipo juvenil en tiempos de crisis”, los verdaderos "ni-ni" representaban el 1,73% de la población juvenil en 2009, lo que supone algo más de 133.000 personas.

Según Alconchel, se aprecia además cierta tendencia al descenso, ya que en el cuarto trimestre de 2010 apenas eran unos 80.000 (más de 50.000 “ni-ni” menos).

Estos datos se han obtenido de la Encuesta de Población Activa (EPA), que, ”pese a cierto efecto estacional, sí revela una tendencia a la baja”, agregó Alconchel.

Por su parte, el director del estudio y profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Lorenzo Navarrete, apuntó a “la falta de motivación, la desorientación y el desencanto” como posibles causas de “la actitud ‘ni-ni’”.

“Los jóvenes piensan que el trabajo es muy difícil de conseguir y que además la formación ya no lo garantiza”, por lo que no ven razón para seguir formándose, señaló.

NO HAY UNA GENERACIÓN PERDIDA

El aumento de la tasa de inactividad juvenil (más del 56%) y el hecho de que el paro entre este colectivo ya alcance el 32% así lo demuestra, destacó.

Con todo, Navarrete quiso subrayar que “desde los medios se ha exagerado, casi caricaturizado, el fenómeno 'ni-ni'”, y negó “que exista en España una generación perdida”.

“Muchos parados y otros han retomado los estudios”, subrayó, y declaró que “los 'ni-ni' que hemos entrevistado además son muy similares al resto de la población y no presentan características especiales”.

"Sí podría decirse que son más abundantes en el grupo de 20 a 24 años, que tienen un nivel de estudios algo inferior a la media y desde luego que están integrados”, afirmó Navarrete, para quien la socialización de este colectivo se vehicula precisamente “a través del ocio y el consumo”.

Según Navarrete, más que jóvenes que ni estudian ni trabajan, “los ‘ni-ni' son estudiantes y trabajadores que han perdido toda motivación”, y muchos de ellos abandonaron la formación en época de bonanza.

Son muy poco relevantes en relación a toda la población juvenil, subrayó Alconchel, quien recomendó a sus padres “imponer límites en su educación y no sobreprotegerlos”.