La concejala del distrito, Elena González Moñux, inauguró hoy este centro de educación medioambiental asentado en el antiguo Palomar, un edificio de tres pisos que conserva las trazas físicas de su pasado pero que ha cambiado sus funciones originales.

Los palomares de la península se construyeron en los siglos de dominación romana para que las palomas anidasen en ellos, aprovechándose las crías para alimento y los excrementos para abono de los campos. Esta actividad suponía un complemento económico para las familias campesinas.

El Palomar de las Tablas, con su base octogonal, es una construcción emblemática del barrio que, tras su transformación, permite ofrecer a niños y adultos del distrito un programa de actividades relacionados con el medio ambiente.

Talleres infantiles y juveniles, proyección de documentales, huertos cultivados colectivamente, concursos, etcétera, forman parte del programa del nuevo centro para el próximo trimestre. Según informó el Ayuntamiento, los usuarios pueden ser tanto los centros educativos, como asociaciones juveniles y vecinales, colectivos de tercera edad y de discapacitados y, en general, todo el que sienta interés por la naturaleza.