Según informó hoy la Asociación El Defensor del Paciente, R. P. F. llevaba padeciendo molestias al orinar entre los años 1998 y 2004, sin que se le realizase ninguna prueba diagnóstica diferente de la ecografía establecida en el protocolo de actuación a pesar de la persistencia de los síntomas. Únicamente se le efectuaron numerosas analíticas en dos centros sanitarios.

El 3 de octubre de 2004, el paciente acudió al Servicio de Urgencias del Centro de Especialidades de la Avenida de Portugal ante el aumento de las molestias que sufría y después de haber observado sangre en la orina, siendo derivado al Hospital Clínico, donde no se le realizó ninguna prueba diagnóstica excepto nuevas analíticas y se le prescribió un tratamiento antibiótico.

Días después, el enfermo acudió al Servicio de Urgencias de este último hospital al empeorar su estado de salud y allí se le prescribió la realización de una ecografía muy preferente en su centro de especialidades, que obtuvo diagnósticos erróneos.

Un mes más tarde, el Servicio de Urología del Clínico solicitó TC de tórax abdomino-pélvico muy preferente, además del ingreso del paciente por presentar neoplasia vesical en estado muy avanzado. El hombre tuvo que esperar tres meses para ser intervenido quirúrgicamente debido a la larga lista de espera a pesar de padecer fiebre, molestias importantes y pérdida de peso.

Tras la operación, que tuvo lugar el 12 de enero de 2005, el paciente fue diagnosticado de cáncer urotelial en grado 3 con metástasis en el hígado y recibió el alta médica, falleciendo el 6 de febrero de 2005 a los 65 años de edad.