La capacidad de financiación, medida por el saldo conjunto de las cuentas corriente y de capital, alcanzó los 2.800 millones en el tercer trimestre de 2020, frente a los 9.200 millones registrados un año antes. En términos acumulados de 12 meses, la capacidad de financiación fue de 15.100 millones (1,3 % del PIB), inferior a los 29.700 millones acumulados hasta el tercer trimestre de 2019 (2,4 % del PIB).

La PII neta, excluyendo el Banco de España, alcanzó los -666.100 millones en el tercer trimestre de 2020, saldo ligeramente más negativo que el observado tres meses antes (-664.800 millones). Esta evolución, resaltó el Banco de España, refleja una aportación negativa del apartado ‘otros flujos’ (-4.700 millones) y una positiva pero inferior de las transacciones (3.400 millones). El saldo de los otros flujos se debió, fundamentalmente, a la variación de los tipos de cambio -sobre todo, a la depreciación del dólar y de las monedas latinoamericanas-, que tuvo un impacto mayor que el provocado por la variación de los precios -aumentaron los de los activos y disminuyeron los de los pasivos-.

La mayor variación fue la de la inversión de cartera -correspondiente a las inversiones en valores negociables que no son inversión directa-, que presentó una posición deudora de 494.300 millones en el tercer trimestre de 2020, frente a los 521.700 millones del trimestre anterior.

La evolución del saldo de la inversión de cartera fue debida al impacto positivo tanto de las transacciones (10.800 millones) como de los ‘otros flujos’ (16.600 millones), consecuencia, a su vez, de un aumento en el precio de los activos y de una caída en el de los pasivos.

El saldo de la inversión directa, que incluye las posiciones entre empresas de un mismo grupo, evolucionó en sentido contrario y se situó en el tercer trimestre de 2020 en -178.400 millones, frente a los -169.200 millones del trimestre previo. La variación de este saldo fue resultado de la contribución negativa de los ‘otros flujos’, en concreto de los debidos a la variación de los tipos de cambio en la valoración de los activos, que fue solo en parte compensada por la variación positiva de las transacciones netas.

Por su parte, la ‘otra inversión’, que incluye, en su mayoría, préstamos y depósitos, presentó una posición acreedora de 6.100 millones, inferior a la de un trimestre antes (27.600 millones). Esta disminución reflejó, sobre todo, el impacto de las transacciones netas (-19.100 millones, debido, en especial, a la variación de los activos. El saldo neto del Banco de España frente al exterior se situó en junio de 2020 en -239.700 millones, muy similar al de -240.800 millones del trimestre inmediatamente anterior.

Por sectores, excluyendo al Banco de España, la mayor contribución a la evolución de la posición de inversión internacional neta en el último trimestre fue la de los ‘otros sectores residentes’, cuyo saldo se hizo menos negativo por 11.800 millones, hasta situarse en los -82.500 millones. No obstante, esta variación se vio compensada, por un lado, por la caída del saldo acreedor de las instituciones financieras y monetarias (37.300 millones en septiembre de 2020 frente a los 46.100 millones registrados un trimestre antes) y, por otro, por el incremento de la posición deudora de las administraciones públicas (620.900 millones frente a 616.600 millones).

La deuda externa bruta de España se situó en 2.208 millones en el tercer trimestre de 2020 (192,6% del PIB frente a los 188,4% del trimestre anterior). Por sectores, excluyendo el Banco de España, se observa un aumento en la deuda de las administraciones públicas, que alcanzó en el tercer trimestre 686.500 millones, frente a los 681.700 millones del segundo. Por otro lado, la deuda de las instituciones financieras y monetarias disminuyó (451.400 millones frente a 464.900 millones), mientras que la de los ‘otros sectores residentes’ apenas aumentó.

Por otra parte, en el tercer trimestre de 2020 el superávit por cuenta corriente se situó en 1.900 millones frente al de 8.700 millones contabilizado en el mismo periodo de 2019. La disminución de este saldo fue debida, sobre todo, a la del saldo por turismo, que solo fue en parte compensada por una mejoría del saldo de bienes, mientras que los servicios no turísticos y las rentas no registraron apenas variaciones.

La balanza de bienes experimentó en el segundo trimestre de 2020 un saldo de -2.600 millones, frente al de -9.200 millones de un año antes. Este menor déficit se debió a una caída más pronunciada de las importaciones (del -13,7% en tasa interanual) que de las exportaciones (del -6%). En el caso de los servicios, su saldo fue de 7.600 millones, siendo en el tercer trimestre de 2019 de 21.600 millones.

Dentro de esta rúbrica, la partida de turismo y viajes, a consecuencia de las limitaciones en la movilidad vinculadas a la gestión de la crisis sanitaria, mostró un saldo de 3.200 millones, frente al de 17.200 millones de un año antes. Los servicios no turísticos –el transporte, los servicios financieros, los de seguro, los informáticos y otros servicios empresariales entre otros– presentaron un superávit de 4.400 millones, prácticamente igual al registrado un año antes

La renta primaria experimentó en el segundo trimestre de 2020 un saldo de -100 millones frente al de -300 millones del mismo trimestre de 2019. El déficit de la renta secundaria, por su parte, se situó en -3.000, siendo algo mejor al observado en el mismo trimestre del año anterior (-3.500 millones). Finalmente, la cuenta de capital arrojó un superávit de 800 millones, frente a 500 millones en el mismo trimestre de 2019.