Así lo indicó al ser preguntado sobre sus previsiones macroeconómicas en el encuentro informativo organizado de forma telemática por Nueva Economía Fórum, en el que también participó como invitado el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Escrivá destacó que gracias a la llegada de la vacuna actualmente existe “mucha menos incertidumbre sobre la duración que va a tener la perturbación de la economía” y resaltó también que “en esta segunda ola hemos sido capaces de conjugar las necesidades sanitarias de la pandemia con una actividad económica muy superior a la de la primera”.

Asimismo, respecto a la recuperación de la economía en 2021, resaltó que será “generalizada en toda Europa”, gracias a la coordinación de la UE en la gestión de la vacuna, y que esto ayudará a recuperar actividad en sectores muy afectados en 2020 como el turismo.

En cualquier caso, declaró que las previsiones macroeconómicas siguen siendo “extraordinariamente inciertas” porque sigue existiendo “una gran incertidumbre”, tanto sobre el efecto positivo que tendrán los fondos europeos como por la duración de la crisis, cuándo se consiga la inmunidad de rebaño, y si se produce un daño estructural en el tejido productivo, por lo que abogó por hacer previsiones por rangos que acoten la incertidumbre.

En este sentido, el gobernador del Banco de España se mostró de acuerdo sobre el elevado nivel de incertidumbre pese a que se hayan disipado o reducido algunos riesgos gracias a las noticias sobre la vacuna, ofreciendo “un horizonte temporal que no teníamos hace unas semanas”.

Asimismo, Hernández de Cos señaló que existen noticias positivas que indican que el grado de restricción en la segunda ola ha sido menor o sobre la mejora de los patrones de consumo, pero que, aun así, la recuperación será “incompleta” y “frágil”, con el riesgo de que los problemas de liquidez de las empresas se conviertan en problemas de solvencia.

En cuanto a las diferencias en las previsiones del Banco de España respecto a las del Gobierno, el gobernador apuntó que se comparan previsiones de distintas instituciones “elaboradas en momentos distintos de tiempo”, ya que, recordó, el cuadro macroeconómico del Ejecutivo fue elaborado en septiembre u octubre, mientras que el Banco de España acaba de actualizar sus estimaciones, por lo que “estas comparaciones llevan a errores”. Así, subrayó que la previsión de déficit del Banco de España coincide con la del Gobierno ya que la ejecución presupuestaria de este año “va mejor de lo esperado”.

CONSOLIDACIÓN FISCAL

Por otro lado, Hernández de Cos destacó que el Banco Central Europeo y los bancos centrales de cada país “por supuesto” que apoyan la política fiscal expansiva que están ejecutando todos los Estados miembro para hacer frente a la crisis del coronavirus y que “esta contundencia de la política fiscal tiene que mantenerse para el año que viene”, pero apuntó que esto “es compatible con no perder de vista el horizonte sobre las finanzas públicas”, por lo que recomendó que el Gobierno vaya trabajando en un plan de consolidación fiscal para, una vez terminada la pandemia, reducir los niveles de déficit y deuda.

En los mismos términos se expresó sobre esta cuestión Escrivá, que destacó el gran beneficio de las medidas implantadas por el Gobierno, especialmente los ERTE y las medidas de liquidez y solvencia, y que estas medidas no conllevarán un gasto estructural que se prolongue en el tiempo una vez terminada la crisis del coronavirus. Así, afirmó que todavía no es posible saber el coste que medidas como los ERTE supondrán en 2021, ya que dependerá del tiempo que sea necesario emplearlos, pero que se trata de “un gasto justificado y no estructural”.

“Lo que hemos desarrollado en los Presupuestos de 2021 no genera gasto arraigado estructural en gran medida hacia adelante, salvo el Ingreso Mínimo Vital”, agregó, señalando a continuación que, en cambio, las cuentas públicas sí incluyen medidas fiscales que ampliarán la base impositiva.

Por último, concluyó indicando que una vez “pisemos suelo firme” cuando haya terminado la crisis y se sepa el nivel de deuda en el que se encuentra España, “a partir de ahí habrá que hacer un ejercicio para llevar la deuda pública a niveles más sostenibles en un horizonte factible y con objetivos de déficit realizables”.