Lo hizo en un acto en Lanzarote, en su segunda jornada consecutiva en Canarias para arremeter contra la inmigración ilegal que considera “una coartada para llamarnos racistas” y promovida desde el propio Ejecutivo al “ofrecerles la tierra prometida” y luego “condenarles a vivir en guetos multiculturales”. Allí distinguió el líder del partido de ultraderecha que el problema no es la raza, sino la “cultura incompatible con nuestra forma de vivir” que traen algunos de los inmigrantes.

Abascal criticó al Delegado del Gobierno por permitir la asistencia de adversarios de Vox a boicotear el acto, cuando no lo haría en otros del PSOE o Unidas Podemos, y, al referirse al chat de militares jubilados que acariciaban la posibilidad de un golpe de Estado y de fusilar a millones de españoles, se desmarcó tanto de los participantes como del Ejecutivo.

En concreto, recriminó al Gobierno hacer “noticia de un chat ridículo en el que un señor ha dicho una serie de disparates, cuando el Gobierno está en el chat de la ETA para que le apruebe los Presupuestos, en el chat del separatismo y del comunismo”.