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FAES acusa al Gobierno de “imitar a los peores” en la “restricción de la libertad de expresión” para “reforzar sus posiciones de poder”

MADRID
SERVIMEDIA

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que lidera el expresidente del Gobierno José María Aznar, acusó este lunes al Gobierno de “imitar a los peores en la pretensión de control de los medios de comunicación y en la restricción de la libertad de expresión” como “medidas para reforzar sus posiciones de poder”.

En su último análisis, FAES sostiene que “no es cierto” que el Gabinete de Pedro Sánchez tenga un plan para luchar en este ámbito porque “confunde los conceptos de desinformación y de ‘fake news’”, además de que “no dice la verdad cuando afirma que su plan toma como punto de partida el ‘Final Report of the High Level Expert Group on Fake News and Online Disinformation’ de la Comisión Europea”.

Según este texto, titulado ‘El Gobierno desinforma sobre la desinformación’, el Ejecutivo “no cumple con ninguna de las cinco recomendaciones del grupo de expertos de la Comisión, que explícitamente exige la no interferencia de las autoridades públicas en las políticas editoriales de los medios de comunicación y en la libertad de expresión”.

“El hecho de que la Secretaría de Estado de Comunicación y el director del Gabinete del presidente del Gobierno sean los coordinadores de este plan resulta en sí mismo escandaloso”, valora FAES. “El plan, si se desarrolla como está previsto, se convertirá en el marco legal para valorar como ‘desinformación’ cualquier noticia que contraríe al Gobierno”, agrega.

“Lo que sí sorprende”, a juicio de la fundación de Aznar, es que los expertos que asesoran al presidente “no distingan entre conceptos tan básicos como ‘fake news’ y desinformación”. “Un bulo, en castellano castizo, es una noticia falsa, una mentira. Pero cuando hay una estrategia política detrás de una noticia falsa esta se convierte en desinformación”, explicita FAES.

En este sentido, la fundación de Aznar incide en que “la desinformación es un instrumento asimétrico que se emplea en las operaciones especiales de influencia política” y, por tanto, “no es la simple divulgación de mentiras, sino la de mensajes tanto verdaderos como semiverdaderos o falsos para engañar a sus receptores”.

Recalca FAES que “el concepto de desinformación se lo debemos a los revolucionarios rusos, en particular a Lenin”. “Cuando solo unos días después de la Revolución de Octubre ordenó el cierre de la prensa ‘contrarrevolucionaria’ (es decir, de los periódicos antibolcheviques), Lenin afirmó que ‘la información es un arma no muy diferente de las bombas’”, rememora la fundación en este análisis.

Desde entonces, prosigue FAES, “la desinformación formó parte de las ‘medidas activas’ del Gobierno soviético, que la definía como una acción cuyo fin es ‘desacreditar y debilitar a los oponentes y distorsionar su percepción de la realidad’”. “Desde Lenin, la militarización de la información fue habitual en la estrategia soviética y el actual régimen ruso conserva esa tradición”, subraya el análisis.

Dicho esto, FAES incide en que tanto la Comisión como el Parlamento Europeo, que recientemente ha creado la Comisión Especial sobre Injerencias Extranjeras en Todos los Procesos Democráticos de la Unión Europea, en particular la Desinformación (2020/2683(RSO), pretenden “concienciar a la ciudadanía de la UE sobre la injerencia de países ajenos que han intentado interferir en los procesos electorales de los países de la Unión”.

“Todas las campañas de desinformación empiezan en casa porque las potencias totalitarias que la impulsan pretenden explotar nuestras vulnerabilidades y dividir nuestras sociedades”, dice FAES, antes de considerar que “lo insólito hasta ahora ha sido que el Gobierno de un país miembro de la Unión Europea imite a los peores en la pretensión de control de los medios de comunicación y en la restricción de la libertad de expresión como medidas para reforzar sus posiciones de poder a costa del pluralismo”.

(SERVIMEDIA)
23 Nov 2020
MFN/gja