La fiscalidad 'verde' llegó el año pasado a su máximo en el registro histórico del INE. La serie comenzó en 1995 con 9.483 millones, si bien hubo un cambio de metodología a partir de 2010.

Los impuestos ambientales en España superaron los 10.000 millones de euros por primera vez en 1996 (concretamente, 10.080 millones) y los 20.000 millones en 2015 (20.821 millones).

Los tributos 'verdes' representaron el año pasado un 7,9% de todos los impuestos de la economía española, lo que representan dos décimas porcentuales menos que 2018.

Según la clasificación del sistema de cuentas nacionales, los impuestos sobre los productos, excluidos el IVA y los impuestos sobre las importaciones totalizaron 17.883 millones de euros, un 2,0% menos que el año anterior. Por su parte, los otros impuestos sobre la producción alcanzaron los 2.366 millones (un 16,8% más que en 2018) y los otros impuestos corrientes ambientales se situaron en 1.801 millones (un 0,2% más).

Los impuestos de naturaleza ambiental representaron un 44,4% del total de impuestos sobre los productos, excluidos el IVA y los impuestos sobre las importaciones. Por su parte, los otros impuestos corrientes con finalidad ambiental supusieron un 41,2% del total y los impuestos sobre la producción ambientales, un 11,0%

DISTRIBUCIÓN

Los impuestos ambientales se agrupan en tres categorías: impuestos sobre la energía (que en 2019 representaron un 82,2% del total), impuestos sobre el transporte (13,4%) e impuestos sobre la contaminación y los recursos (4,4%).

Los de la energía descendieron un 0,7% respecto a 2018, en tanto que aumentaron los del transporte (un 3,2% más) y los de la contaminación y los recursos (un 1,9% más).

Dentro de los impuestos sobre productos, los impuestos sobre la energía alcanzaron los 17.102 millones de euros, un 2,4% menos que en el año anterior.

Los hogares pagaron el 53,5% del total de impuestos ambientales en 2019. Por tipo, abonaron el 76,5% de los impuestos sobre el transporte y el 52,5% de los impuestos sobre la energía.

Por su parte, las ramas de actividad pagaron el 46,5% restante de los impuestos ambientales. Por tipo, corresponde al 96,9% de los impuestos sobre la contaminación y los recursos, y un 47,5% de los impuestos sobre la energía.

Las ramas de actividad que pagaron más impuestos ambientales el año pasado fueron transporte y almacenamiento (15,5% del total) e industria manufacturera (9,8%). Por el contrario, las que menos abonaron resultaron ser agricultura, ganadería, selvicultura y pesca e industrias extractivas, con un 0,8% cada una.