Así se pronunció la jefa de la diplomacia española durante su respuesta en el Pleno del Congreso de los Diputados a la interpelación de la senadora de la Izquierda Confederal Sara Vilà sobre la posición del Gobierno respecto a las políticas migratorias de la UE desde el punto de vista de los derechos humanos.

La interpelación fue planteada luego de que la Comisión haya planteado su propuesta migratoria que acentúa el blindaje de la frontera exterior y las expulsiones de inmigrantes irregulares, y pone fin a las cuotas obligatorias en el reparto de refugiados para poner en marcha un sistema en el que las capitales podrán escoger entre acoger migrantes o ayudar a expulsarlos.

La ministra aventuró que las negociaciones que los 27 iniciarán ahora a partir de la propuesta de la Comisión serán “complicadas” y “complejas”, si bien se comprometió a luchar para que las medidas que se acuerden sean “plenamente compatibles con los derechos humanos de los migrantes”.

Tras observar la importancia de que la UE sea capaz de establecer “partenariados con los países de origen y tránsito”, enumeró las seis cuestiones que España defenderá en las referidas negociaciones: incrementar y mejorar las capacidades e instalaciones de acogida, especialmente las destinadas a mujeres y niños, permitir que los inmigrantes accedan a los servicios públicos, desarrollar un nuevo sistema “ágil y solidario” que permita el rescate y el desembarco de aquellos inmigrantes localizados en alta mar, determinar “proceso ágiles” para la consecución del estatus de protección internacional, facilitar el retorno de aquellas personas que entran irregularmente a territorio comunitario y mejorar y ampliar las vías que posibiliten la migración legal.

Todo ello, dijo González Laya, combinado con la “tolerancia cero con las mafias que trafican con seres humanos”.

A su vez, subrayó que Exteriores estrenó durante el momento álgido de la pandemia la pasada primavera una “diplomacia humanitaria” que espera sea emulada en el ámbito multilateral y en la propia UE.

Por su parte, Sara Vilà puso de manifiesto que la inmigración constituye un “reto sin precedentes” ante el que, “como europeos, debemos estar a la altura”. Por ello, dijo que España puede “tener un papel fundamental” en la nueva política migratoria de la UE, como quedó demostrado cuando acogió a los refugiados embarcados en el ‘Aquarius’.