Economía

Hernández de Cos dice que la política económica “no puede” sostener “indefinidamente” sectores que reduzcan “estructuralmente” su actividad

- Aboga por ERTE “muy focalizados” y por “permitir la utilización de la legislación laboral” a las empresas para que adapten su estructura interna a la situación

MADRID
SERVIMEDIA

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, volvió a reiterar este viernes la necesidad de mantener las medidas de estímulo para apoyar la reactivación de la economía, pero con un foco selectivo porque “la política económica no puede estar para sostener indefinidamente a un sector que estructuralmente va a reducir su nivel de actividad”.

Durante su intervención en el Foro La Toja reconoció que ahí reside precisamente la mayor dificultad en la situación actual, ya que se ha pasado de la etapa de sostener a todos los sectores como ocurrió durante el confinamiento a tener que saber focalizar los esfuerzos.

En la primera fase, de confinamiento, donde se paró la totalidad de la actividad económica había que hacer a su juicio “una especie de ‘what ever it takes’ de Don Mario Draghi”, es decir, que con “la política presupuestaria había que apoyar a todos los sectores, casi prácticamente sin ningún tipo de discriminación, tanto en términos de las empresas como de los de los hogares”.

Ahora, dijo “estamos en la fase de recuperación” como lo demuestran datos como el conocido hoy sobre empleo “que indican una mejora adicional en la tasa interanual de afiliación, la afiliación efectiva, es decir, incluyendo también los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)”.

No obstante, señaló que es una recuperación “incompleta” como lo reflejaron, por ejemplo, los datos de empleo de agosto ya que caída fue del 7% de forma global, pero sucumbió un 30% en el sector de la hostelería mientras que en otros sectores había sido “prácticamente cero o era incluso positiva” como es el caso del sanitario.

Advirtió de que lo peor es que se trata además de una “recuperación muy incierta, muy frágil” como lo prueba que cuando se han producido nuevos brotes y se han aplicado nuevas medidas de confinamiento o, incluso, sin llevarlas a cabo están “están afectando a las decisiones de inversión”. “En este contexto es muy difícil que los empresarios inviertan y, por supuesto, afecta a las decisiones de consumo de los hogares”, indicó, abogando por tanto por “mantener los estímulos” pero “de una manera mucho más focalizada”.

A su juicio, retirar los estímulos de manera prematura “tendría efectos más destructores” en el tejido productivo y sobre el déficit público y la deuda pública, “que es lo que uno trata de evitar cuando se plantea no seguir con esos estímulos”.

“Esa focalización hace más difícil la gestión de la política económica”, reconoció, apuntando que ahora hay que considerar si existen elementos estructurales que hayan cambiado el escenario y a título de ejemplo citó la extensión del teletrabajo y la digitalización, que “cambia, por ejemplo, los hábitos de consumo de los individuos”.

“Uno no consume lo mismo cuando va a su lugar de trabajo que cuando se queda en su casa trabajando y eso tiene consecuencias negativas para determinados sectores económicos y beneficiosos para otros. La política económica no puede estar para sostener indefinidamente a un sector que estructuralmente va a reducir su nivel de actividad”, afirmó.

Bajo este contexto defendió que mecanismos como son los ERTE “tienen que estar muy focalizados” y es necesario además “permitir la utilización de la legislación laboral que es capaz de ajustar la estructura interna de las empresas” para que encaren los cambios estructurales que se avecinan.

En paralelo y dando por seguro que habrá actividades afectadas de manera estructural por la situación creada por el coronavirus, indicó que toca apostar fuertemente por cosas nuevas como la formación y políticas activas de empleo porque “muchos trabajadores en esas empresas que pierden actividad estructuralmente, vamos a tener que reciclarlos hacia otras cosas”.

En cuanto a la duración de los estímulos económicos, el gobernador del Banco de España quiso creer que la situación actual será temporal y deben mantenerse para ayudar a superar el bache, asumiendo que si no fuese así y se enquistase quizá habría que revisar las recetas.

En el caso específico del turismo, como sector quizá más golpeado por la crisis, estimó que “hasta que no tengamos una vacuna, y probablemente después de tener la vacuna durante algunos trimestres, no vamos a volver a recuperar la normalidad”.

REFORMAS MÁS URGENTES

En opinión del gobernador del Banco de España hay que agilizar además la solución de los déficits estructurales de crecimiento y finanzas públicas que ya venía arrastrando España, que eran conocidos antes del Covid y también había “cierto consenso” sobre su resolución.

Entre ellos citó la “baja productividad”, fruto de la baja competencia empresarial, el tamaño de las compañías o la escasa innovación, la “dualidad” del mercado laboral, que genera desempleo de larga duración, y el déficit estructural de las cuentas públicas.

A su juicio la situación actual hace que haya “que resolverlos de forma todavía más urgentes”, instando a abordar cuanto antes las reformas estructurales y analizar y planificar igualmente el saneamiento de las finanzas públicas con un programa de consolidación fiscal aunque no vaya a aplicarse ahora sino en el futuro.

(SERVIMEDIA)
02 Oct 2020
ECR/mjg