Cae en Sevilla una banda que acumulaba casi 40 toneladas de picadura de tabaco de contrabando

MADRID
SERVIMEDIA

La Guardia Civil ha intervenido en naves industriales de la comarca del Aljarafe, en la provincia de Sevilla, casi 40 toneladas de picadura de tabaco de contrabando pertenecientes a una banda que preparaba cajetillas de cigarros que simulaban ser marcas conocidas.

Según informó este jueves el Instituto Armado, en la llamada 'operación Mutig' se ha detenido a siete personas a las que se acusa de un delito de contrabando, mientras que a cuatro de ellos se les imputa también un delito de pertenencia a organización criminal.

Los agentes han realizado cinco registros, uno en el domicilio del cabecilla de la banda y cuatro en otras tantas naves industriales ubicadas en distintas localidades del Aljarafe sevillano. En estas instalaciones se han localizado 34.800 kilogramos de picadura de tabaco, cinco máquinas para picar este producto y 20 litros de sustancia aromatizante con la que le daban sabor a las principales marcas de tabaco.

La investigación comenzó en enero, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de la incautación de más de 4.000 kilogramos de tabaco picado de contrabando. Esto condujo a una nave industrial en Aznalcázar (Sevilla), en la que había habido un negocio de lavado y engrase para vehículos y en la que se apreciaba una actividad inusual de personas y vehículos a pesar de carecer el recinto de actividad legal conocida.

REPARTO DE RIESGO

Posteriormente se llegó a la conclusión de que existía una red que contaba con una estructura tipo empresarial, donde cada miembro tenía un cometido específico ya que la logística era asimilable a la de un gran comercio y la facturación ascendía a cientos de miles de euros. El tabaco lo distribuían en diversas naves industriales repartidas por la provincia de Sevilla, garantizándose de esta forma, el abastecimiento en caso de que una de esas naves fuese detectada policialmente.

Para el transporte del tabaco hasta la principal nave, en donde se procesaba la hoja de tabaco y tenía en funcionamiento hasta cinco picadoras industriales a la vez, se valían de un camión rotulado con el logotipo de una popular marca de cerveza, para pasar desapercibidos ante la presencia policial

La nave-fábrica contaba ocho trabajadores el interior, en jornadas laborales de 8 a 10 horas de lunes a viernes, durante las que se dedicaban al picado de la hoja de tabaco, su aromatización con productos que le daban un sabor similar a las principales marcas de tabaco consumidas en España y su posterior envasado en paquetes herméticos de un kilogramo.

Estos paquetes eran embalados en cajas de empresas de mensajería y posteriormente eran llevados diariamente en furgonetas. Durante los transportes utilizaban grandes medidas de seguridad, llegando a emplear hasta dos vehículos más a modo de lanzadera con el fin de adelantarse al transporte y advertir cualquier tipo de control policial.

(SERVIMEDIA)
18 Jun 2020
NBC/mjg