Según datos de la DGT, a los que tuvo acceso Servimedia, entre el 15 de marzo y el 14 de mayo de este año -justamente, los dos primeros meses del estado de alarma- fueron 'cazados' 191.921 conductores por pisar el acelerador más de lo debido, lo que supone un 55,9% menos que las 435.675 denuncias interpuestas en ese mismo periodo de 2019, cuando entonces no había restricciones a la circulación de vehículos.

De esas propuestas de sanción en los dos primeros meses del estado de alarma, un total de 173.559 corresponden a radares fijos y de tramo instalados sobre todo en autopistas y autovías, lo que representa el 90,4% del global de las denuncias.

El 9,6% restante se refiere a 18.362 multas por radares móviles instalados en las carreteras por agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

MENOS EN RADARES MÓVILES

Las denuncias por exceso de velocidad captadas por radares fijos y de tramo han caído un 53,7% en los dos primeros meses del estado de alarma (de 374.679 del año pasado a 173.559 de 2020) y el descenso es mayor en los cinemómetros móviles, con un 69,9% menos (de 60.996 de 2019 a 18.362 en 2020).

Los movimientos de vehículos por las carreteras están limitados en el estado de alarma, salvo en casos muy justificados, y ello se notó más en las semanas más duras de confinamiento, tanto al entrar y salir de grandes ciudades como en los desplazamientos largos por carretera (entre un 60 y un 70% menos de tráfico de lunes a viernes y cerca de un 90% menos en fines de semana), así como en los movimientos transfronterizos entre España y Francia o Portugal (entre el 70 y el 90% menos, en general).

La DGT ya advirtió el pasado 8 de mayo de que hasta entonces se había detectado un 39% de incremento de conductores de coches, motos y furgonetas que circulaban con exceso de velocidad en pleno estado de alarma, pese a que los desplazamientos de vehículos bajaron una media del 69% en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Esa llamada de atención llegó pocos días antes de que numerosos territorios de España pasaran el lunes 11 de mayo a la fase 1 del plan de desescalada por el coronavirus, lo que supuso que muchos empleados optaran por el vehículo privado para sus desplazamientos hacia sus lugares de trabajo.