En un estudio sobre el teletrabajo y el apoyo a la digitalización en el contexto del Covid-19, Fedea indica, por un lado, que España tiene margen de mejora en el potencial para teletrabajar. En concreto, según datos de Eurostat, un 4,8% de los ocupados en España trabaja habitualmente desde casa, mientras que Fedea calcula un 32,5% de los empleados sería población con capacidad potencial para trabajar a distancia.

El rango se distribuye entre unos valores mínimos del 27,8% de los ocupados en Extremadura y el 28% en Castilla-La Mancha y un valor máximo del 38,6% en la Comunidad de Madrid.

La Fundación explica que en el contexto del Covid-19, muchas actividades que venían siendo realizadas en los centros de trabajo han pasado a realizarse desde los hogares en todos los países y ve previsible que muchas empresas opten por extender el teletrabajo a un periodo más amplio, al menos en la medida en que exista un alto riesgo de contagio. “Es más, la pandemia podría originar un cierto salto permanente de nivel en la intensidad en el uso del teletrabajo”, recoge el estudio.

Fedea considera que con los datos existentes hasta el momento y con el grado de agregación utilizado, “no se aprecia una relación evidente” entre el impacto de la crisis en términos de destrucción de empleo, refiriéndose a parados y ocupados en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), y el potencial para teletrabajar.

Por otra parte, destaca que España ocupa una posición “muy sólida” en cuanto al despliegue de redes de banda ancha ultrarrápida en el contexto europeo, siendo de los países con mayor cobertura en relación con sus hogares.

No obstante, “persiste una asimetría en la amplitud del despliegue” entre las zonas urbanas y rurales, algo que es común a la gran mayoría de países.

En este sentido, Fedea señala que un impulso en la inversión pública es una vía de estímulo de la demanda interna en un contexto de desplome del consumo privado, tanto por la caída de rentas familiares debido al aumento del desempleo como por el aumento del ahorro en el contexto de mayor incertidumbre sobre la evolución de la situación del hogar.

Dado que se está debatiendo en el ámbito europeo sobre el diseño de “un gran fondo de recuperación”, la organización apunta que dependerá del montante global, cómo se va a financiar el aumento de gasto, la relación entre préstamos y posible condicionalidad, y el tipo de inversiones a las que se destinaría. Sobre este último aspecto, las inversiones en digitalización y sostenibilidad medioambiental están en primera línea de la agenda.

En esta línea, Fedea apunta que existe “vasto margen de mejora” en la digitalización de la justicia al considerar que la paralización de toda la actividad durante el estado de alarma “es en parte el resultado de medios y procesos que no se corresponden con la digitalización en otros ámbitos de las administraciones públicas, donde sí ha habido una continuidad”.

También prevé un refuerzo de los procesos ‘en nube’ o de la preocupación por la ciberseguridad, así como un aumento del comercio electrónico en algunos ámbitos en los que este avanzaba más lento.