Las proyecciones las facilitó este jueves su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, durante la presentación de resultados del trimestre, cuando Caixabank sufrió una caída del 83% en el beneficio tras dotar 400 millones para afrontar potenciales deterioros por el Covid-19

Con esas proyecciones la economía acabaría en 2021 “por debajo” de los niveles del 2019, con “dos años perdidos”, frente al crecimiento del 1,5-2% que habría conseguido de no estallar la crisis sanitaria, refirió.

Gortázar consideró “coherente” la contracción del 5,2% en el primer trimestre desvelada hoy por el INE con el pronóstico del banco, que espera otro segundo trimestre “cayendo con fuerza” para crecer luego “gradualmente” en tasas intertrimestrales en el tercer y cuarto trimestre del año, a medida que se avance en la desescalada.

“Vamos a tener que convivir con el virus”, convino en alusión al riesgo de contagio del Covid-19 hasta que llegue un tratamiento efectivo o vacuna. “La recuperación de la economía no va a ser abrupta, no pasaremos de cero a 100”, indicó. Y si hubiera un rebrote advirtió de que estaremos obligados a “reaccionar rápidamente” para evitar su propagación.

Si bien el banco trabaja con ese escenario central de colapso del 7,2% asumió que “nos podemos quedar muy cortos” de empeorar la situación o ante la dificultad, incluso, para hacer evaluaciones con la fuerte incertidumbre existente sobre la duración de la pandemia.

Sin embargo, descartó de plano riesgo alguno de crisis de deuda. “Creo que se va a producir volatilidad, noticias preocupantes y en algún momento inestabilidad, pero hemos aprendido mucho de lo que pasó en la anterior crisis”, indicó al ser cuestionado sobre dicha eventualidad.

En contra de ese riesgo explicó que la emisión de deuda subirá este año a cuantías equivalentes al 112% del PIB frente al 95% del pasado año y alejado del 120% que pronostican algunos servicios de análisis. En 2021, agregó, “no creo que debería aumentar” por mucho que crezca el déficit gracias al rebote que espera en la economía.

A su juicio, será “muy importante que haya un acuerdo de reconstrucción” también en Europa, aunque valoró que ya se hayan desplegado ya valiosas medidas como el programa extraordinario aprobado por el Banco Central Europeo (BCE) y recordó que este organismo se ha comprometido a “hacer todo lo que sea necesario para que no se produzca esa crisis de deuda”.

Confía que España continúe en niveles de deuda “sostenibles” y además valoró que se entra en esta crisis tras el fuerte desapalancamiento realizado por las empresas en los últimos años, y que hace que su nivel deuda sea hoy inferior a la media de la eurozona. “Tenemos mucha más capacidad de resistencia. Los niveles de endeudamiento no son los de los niveles de la burbuja”, insistió.

En su opinión las medidas aprobadas por el Gobierno “van todas en la buena dirección” con independencia de que puedan ajustarse o mejorarse a medida que se avance con la desescalada. La prioridad a corto plazo indicó que debe ser que “no se destruya” la capacidad productiva este año para ver luego la reconstrucción considerando para su diseño también “el dinero que haya quedado en el bolsillo de las personas y empresas y qué dinero pueda venir de Europa para el relanzamiento”.

En este sentido afirmó que las líneas del ICO “son necesarias”, “pero no podemos quedarnos aquí”. “Son líneas de rescate para evitar que se destruya la capacidad productiva”, refirió en alusión a la línea de avales por valor de 100.000 millones aprobada por el Gobierno para el organismo.

En una fase ya de reconstrucción indicó que “hay que ver cómo ayudar a todos los sectores productivos a que retornen a la normalidad” y eso exigirá al Gobierno hacer planes para “ayudar de manera efectiva” a los distintos sectores.