Coronavirus

España observa un “cambio de tono” en la UE y pide que el plan de reconstrucción se base en transferencias y no en préstamos

Madrid
SERVIMEDIA

El Gobierno español destacó este jueves que se ha producido un “cambio de tono” en la UE tras darse luz verde a la creación de un programa europeo de reconstrucción para afrontar la derivada económica de la crisis del coronavirus, pero reclamó que éste se base en transferencias y no en préstamos.

Lo dijo la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, en una rueda de prensa telemática en el Palacio de la Moncloa al término de la reunión del Consejo Europeo que dio luz verde a la creación del referido programa ligado al presupuesto de la UE.

No obstante, ese acuerdo adolece de los detalles definitivos sobre ese plan en términos de cuantía y acerca de si el mismo se basará en transferencias o en préstamos.

La Comisión Europea se ha comprometido a presentar el próximo 6 de mayo un proyecto del fondo que podría movilizar alrededor de 1,5 billones de euros, en la línea de la propuesta planteada por España, y a estudiar las necesidades financieras luego de analizar el impacto sufrido por los distintos sectores económicos.

A su vez, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha asegurado que trabajará para encontrar "un equilibrio correcto entre préstamos y subvenciones”, lo que se interpreta como el preludio de una solución intermedia para contentar a los países del norte y a los del sur.

Por su parte, el Consejo también dio luz verde a la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados en la última reunión del Eurogrupo que permiten que los países que lo necesiten puedan recurrir sin condiciones a una línea de crédito del fondo de rescate europeo (MEDE) por valor de 240.000 millones de euros, facultan al Banco Europeo de Inversiones (BEI) a movilizar 200.000 millones para empresas, especialmente pyme, y habilitan a la Comisión a emitir bonos para financiar herramientas como los ERTE españoles con el fin de evitar despidos masivos por un monto de 100.000 millones.

La jefa de la diplomacia española ha considerado una buena noticia que el Consejo haya dado luz verde a la “triple red de seguridad” aprobada en el Eurogrupo, que, dijo González Laya, estará disponible a partir del próximo día 1 de junio, puesto que así se da una “señal muy clara” al conjunto de la comunidad internacional para responder a la crisis.

Respecto de la posibilidad de que España se acoja a la línea precautoria del MEDE, la ministra afirmó que el Gobierno “no tiene pensado” hacerlo, al tiempo que descartó que tenga planeado nacionalizar empresas afectadas por el impacto económico de la pandemia.

Por su parte, adujo que el fondo de reconstrucción debe ser lo suficientemente ambicioso habida cuenta de la “profundidad” y de la “dureza” que distintos organismos internacionales auguran que sea la crisis económica provocada por el coronavirus.

Explicó que España defiende que ese fondo se financie con deuda perpetua y se destine en forma de transferencias y no de préstamos a atender las necesidades que acucien a los sectores y países más afectados.

No obstante, reconoció que el punto de fricción entre los Estados miembros radica en este particular –transferencias vs préstamos-, lo que le sirvió para llamar la atención ante el hecho de que se tiene que trabajar para encontrar una solución que “evite el sobrendeudamiento de los países” y una “salida asimétrica” de la crisis, porque, de lo contrario, se pondría en juego la supervivencia del mercado interior.

A pesar de ello, la ministra celebró el “cambio de tono” habido en el Consejo que haya permitido el inicio de una discusión que sitúa a España en el “centro del juego”, lo que le sirvió para reclamar una dinámica similar en España en aras de forjar un pacto que permita reconstruir el país.

A su vez, explicó que la crisis del coronavirus no libre entre los países del norte y los del sur, pues no afecta a un estado que ha gestionado mal su economía o a aquel cuyo tejido productivo se ha visto afectado por una contingencia inesperada, sino que es “sistemática, por lo que necesita una respuesta sistémica”.

Esto le sirvió para presenta a España como una suerte de muñidora de consensos entre las distintas posiciones enfrentadas al buscar “aunar las visiones del norte y del sur; las del este y el oeste”.

A su juicio, se necesita “cuanto antes una propuesta que garantice a medio y largo plazo una solución a una crisis que será profunda, dura, y para la que Europa tiene que estar preparada”.

También confirmó que en el Consejo Europeo de hoy no se ha discutido nada concerniente a los eurobonos, uno de los elementos que hacían imposibles el acuerdo entre los países del norte –Alemania y Países Bajos- y los del sur –España, Francia e Italia-.

Por último, explicó que España ha defendido un Marco Financiero Plurianual (2021-2027) “ambicioso”, porque “a nuevas perspectivas, nueva ambición”, una armonización fiscal entre los Estados miembros para evitar fugas de ingresos y avanzar en la solidaridad con los países africanos y latinoamericanos, más expuestos a los estragos de la pandemia.

(SERVIMEDIA)
23 Abr 2020
MST/gja