Los tres sectores económicos que más están sufriendo ciberataques son el de la formación ‘online’, finanzas y banca, y distribución.

La multinacional de ciberseguridad ChechPoint maneja cifras que indican que han sido descubiertos en todo el mundo unos 4.300 dominios ‘fake’ que ofrecen paquetes de estímulo o alivio económico frente al Covid-19.

Durante las dos últimas semanas, el 94% de las ciberamenazas relacionadas con coronavirus fueron ataques por mail (‘phishing), mientras que el 3% fueron ataques móviles.

Con el coronavirus, se están enviando más 18 millones de correos maliciosos al día en el mundo, de acuerdo con estimaciones de Google.

Entre los delitos que más se están viendo por Internet figuran los que proponen acceso a moratoria de impuestos si se descargan aplicaciones, y que al ejecutarse éstas instalan ‘malware’ que recaban información del usuario.

También destacan los falsos proveedores de suministro a hospitales, que ofrecen precios atractivos a cambio de productos que son falsos o que finalmente nunca llegan al comprador. Las emergentes plataformas de videoconferencia como Zoom también están siendo objeto de ‘hackeos’.

IMPACTO DEL 5G

Según los datos de KPMG, el 43% de los ciberataques que se producen los sufren pymes. Una de cada cinco pymes sufre ataque informático, el 20% de ellas perdió información importante y el 33% sufrió perjuicios económicos.

Para estas pequeñas y medianas sociedades, cada ataque de esta naturaleza le ocasiona un coste de unos 35.000 euros de media. El impacto del cibercrimen en todo el mundo rondó en 2018 los 500.000 millones de dólares, 2.500 millones en España. Cada brecha de seguridad acarrea una media de 3,9 millones de dólares.

Según KMG, en 2019 se gastó en ciberseguridad en el mundo 124.000 millones de euros, y entre 700 y 800 millones en España. Para 2020, las previsiones son que estas cifras aumenten, pese a la crisis.

Los expertos de KPMG aventuran que el 5G traerá más riesgos para la ciberseguridad porque crecerán significativamente el número de dispositivos conectados, y con ellos, el volumen de información personal golosa que estará circulando en la nube procedente del universo IoT.