Su mejora se apoyó en un incremento del 16,7% en la facturación bruta, que alcanzó los 11,85 millones de euros y del 17,8% en la cifra neta de negocios, hasta ascender a los 10,23 millones, según explicó la compañía este martes.

La facturación a clientes o ventas brutas estuvo en línea con lo presupuestado para el ejercicio o un 0,1% por encima, mientras que el nivel de cumplimiento del importe neto de la cifra de negocios fue un 3,2% inferior al previsto.

Su resultado operativo o Ebitda se situó en 2,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 54,9% frente a los 1,62 millones de euros del año anterior y en línea también con los 2,55 millones que había presupuestado para el ejercicio.

Gigas detalló que son cifras que incluyen los costes extraordinarios ligados a adquisiciones y por los planes de stock options. Si se neutralizan ambos importes, el Ebitda ajustado recurrente habría alcanzado los 2,85 millones.

La compañía concluyó el ejercicio con una tesorería de 1,56 millones de euros y una deuda financiera neta de 3,66 millones de euros, aproximadamente 1,46 veces el Ebitda contable de 2019 o 1,28 veces si se toma el Ebitda ajustado recurrente.

Para el ejercicio 2020 la compañía había previsto un crecimiento similar al registrado el pasado año y que supondría alcanzar unas ventas brutas de 13,79 millones, un Ebitda de 3,21 millones y una generación de caja operativa de 2,55 millones de euros en el ejercicio 2020.

Sin embargo, precisa que la crisis ocasionada por el Covid-19 podría impactar “de manera significativa” en las operaciones de la Sociedad y, por tanto, en sus resultados y flujos de efectivo futuros.

Al tratarse de una actividad de computación y almacenamiento en la nube, espera que su negocio se vea afectado por la contracción de la economía, también se compense con una mayor demanda de este tipo de servicios ya que facilita el teletrabajo.