Según detalló este jueves, su actividad está soportada por un modelo tecnológico basado en la nube, lo que le permite ejecutar todos sus procesos de forma remota. La compañía ya trabaja así en Hong Kong, Singapur y Milán desde hace semanas.

La compañía participada en el 50,1% por el Santander cuenta con su propio centro de desarrollo tecnológico en Málaga, encargado de dar soporte a las 25 unidades de negocio que tiene instaladas en 20 países. Esta capacidad permite a sus más de 1.000 empleados en el mundo ofrecer idénticos estándares de servicio a una cartera de clientes que, a día de hoy, se eleva a 45.000 empresas.

Su decisión responde también a que cree que, con la actual coyuntura de los mercados y ante la previsión de nuevas jornadas de volatilidad, “será más necesario que nunca que las empresas puedan efectuar sus pagos y cobros internacionales y gestionar su riesgo de tipo de cambio de manera sencilla y eficiente”.