En declaraciones a Servimedia, el presidente de CECU, Fernando Móner, afirmó que esta actitud, extendida entre algunos consumidores madrileños, ha provocado que los de otras poblaciones “posiblemente también la están teniendo en base a lo que está ocurriendo en Madrid”, aunque recalcó que, “en ningún caso hay posibilidad de desabastecimiento a corto ni a medio plazo”.

A su juicio, España “tiene capacidad suficiente para atender una demanda agroalimentaria como pocos países en el mundo y la alimentación no es un problema en este momento". "Está completamente garantizada y la oferta de productos es ingente”, precisó, para, a continuación, invitar a mantener una “tranquilidad absoluta” en este sentido.

Desde la semana pasada, CECU mantiene contacto permanente con el sector de la distribución por la situación vivida en otros países y con el fin de “anticiparse” a un posible escenario de desabastecimiento que Móner descartó por completo, por lo que invitó a los consumidores a seguir los “hábitos de compra habituales” y “dar una respuesta racional a una situación excepcional”.

Tras puntualizar que “llenar nuestra casa de alimentos no es la mejor respuesta, ni la más racional ni la más consecuente” en la actualidad, admitió que intentar “abastecerse más de lo habitual lo único que genera es una situación de insolidaridad con el entorno” y provocará, además, un incremento del desperdicio alimentario en las próximas semanas.

En este punto, Móner llamó a mantener una actitud “responsable, solidaria y consciente” con respecto a los grupos de riesgo “que sí necesitan una especial protección” y manifestó que, "en todos los casos” las empresas distribuidoras atribuyen el desabastecimiento "puntual" de ciertos productos a la “histeria” a una “posible falta de formación e información” por parte de los consumidores españoles.

“Lo único que nos tiene que preocupar es intentar proteger a los mayores y personas con patologías previas”, señaló para, a continuación, instar a mantener una “tranquilidad absoluta” y llevar a cabo las indicaciones del Ministerio de Sanidad y las consejerías del ramo también en el caso de productos farmacéuticos. A su entender, adquirir mascarillas y geles desinfectantes de manos “para tener en los cajones por si acaso lo único que hace es evitar que personas que sí las necesitan puedan protegerse”.

Por todo ello solicitó a las administraciones competentes que “ayuden” a las organizaciones de consumidores a “conseguir un consumidor más formado e informado que tenga una actitud más responsable y racional” ante este tipo de crisis.

En la misma línea, el portavoz de Facua, Rubén Sánchez, llamó a la “calma” y reconoció que no hay riesgo de desabastecimiento “salvo que haya una histeria colectiva que la provoque”. “La cancelación de las clases en varias regiones no debe hacer que se compre comida a un mes vista y de forma desproporcionada”, remarcó.

Asimismo, defendió que el Ejecutivo está “actuando con velocidad y haciendo lo correcto para minimizar la expansión del virus”, aunque exigió que, "de inmediato", se “supediten” los recursos de la sanidad privada para ponerlos “al servicio de la pública” y se pongan en marcha de medidas de “protección de los intereses” de aquellos trabajadores con niños que se verán obligados a teletrabajar por el cierre de centros educativos.

En este sentido, OCU está recibiendo “cientos de llamadas” de padres afectados por esta medida en Madrid, Álava y La Rioja y con el fin de “aclarar el alcance” de esta “situación excepcional” frente a la que la organización demandó que se “aclare qué hacen los padres con niños pequeños” que no tengan la posibilidad de hacer teletrabajo.

La organización entiende que los progenitores deberían tener derecho al permiso retribuido por un “deber inexcusable de carácter público y personal amparándose en una situación de salud pública”.

También se preguntó “qué pasa con los servicios pagados en los colegios” y consideró que debería “estudiarse” la “posibilidad” de devolver el importe “proporcional” de estos servicios no percibidos.