A la salida de un coloquio que coprotagonizó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, donde dio clase, Iglesias dijo que “en ningún caso” se refería a Campo cuando ayer denunció en el Senado que detrás de las objeciones técnicas a la Ley de Libertad Sexual había “mucho fascista oculto”. El Ministerio de Justicia realizó muchas correcciones de precisión legislativa al anteproyecto que salió del de Igualdad.

Hoy, Iglesias prefirió decir que “tenemos un Gobierno feminista del primero al último de sus miembros y que precisamente por eso es consciente de la brutalidad de la reacción de la derecha y la extrema derecha a los avances feministas”. Sin negar diferencias en el seno del Ejecutivo por el anteproyecto, dijo que “las divisiones se resuelven a puerta cerrada”. Esta mañana, el propio Campo rebajó la tensión al decir que "a veces los políticos hablamos demasiado" en su intento de hacer una ley lo más perfecta y rigurosa posible.

Fuentes cercanas a la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Vicky Rosell, consultadas esta mañana por Servimedia, no quisieron responder explícitamente a las objeciones técnicas que le formuló el Ministerio de Justicia y prefirieron zanjar la política, como Iglesias: “Lo que queremos decir es que para nosotros lo importante es la Ley de Libertades Sexuales y que este Gobierno es un Gobierno feminista que está más que comprometido con la ley”.

Sobre las críticas que han surgido a la ley desde algunos sectores del feminismo, el vicepresidente despejó también la controversia al enjuiciar que “el movimiento feminista es muy plural” y que “la ministra (Irene) Montero ha sido capaz de encarnar, trabajando con feministas de generaciones distintas y que vienen de sitios muy diferentes, un proyecto enormemente inclusivo que se nota en una ley que tiene aportaciones que vienen de muchos sitios”.

Finalmente, respecto a las críticas que bramaron desde el auditorio una treintena de estudiantes que abandonaron la sala después de gritarle “fuera vendeobreros de la universidad” y le dijeron que era “igual que Errejón y Carmena” y que no quería acabar con el capitalismo, Iglesias contestó que respondía a una “total normalidad democrática”.

“Cuando un responsable político va a una facultad y le interpelan, tiene que dar la cara y responder, y creo modestamente que lo hemos hecho”, reivindicó, aludiendo a que fue él quien sugirió proporcionar un micrófono a los estudiantes que le abroncaban.