Coloquio

Iglesias: “Si Vox no existiera, Cayetana Álvarez de Toledo no sería la portavoz del PP”

MADRID
SERVIMEDIA

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, enjuició este miércoles que, "si Vox no existiera, Cayetana Álvarez de Toledo no sería la portavoz del PP" en el Congreso de los Diputados "y no generaría las contradicciones que se están produciendo" en ese partido.

Iglesias volvió a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense, en el Campus de Somosaguas, donde daba clases antes de pasar a la política, para participar en un diálogo con el exvicepresidente de Bolivia en el Gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera, bajo el lema 'Reaccionarismo y fascismo en el siglo XXII'.

Nada más tomar la palabra, dijo que esta facultad le "emociona mucho", que "ni un solo día" desde que entró en política ha "dejado de echar de menos estas aulas", que "siente nostalgia por esta manera de debatir" y de "relacionarse con los estudiantes", y anunció: "Por supuesto, si las autoridades universitarias me dejan, claro que volveré, porque antes que vicepresidente, antes que político, soy profesor".

La intervención de Iglesias comenzó con incidentes cuando le interrumpieron desde el auditorio una treintena de estudiantes de Frente Obrero, que abandonaron la sala después de gritarle “fuera vendeobreros de la universidad” y de espetarle que era “igual que Errejón y Carmena” y que no quería acabar con el capitalismo.

Cuando por fin comenzó a hablar del “reaccionarismo de extrema derecha”, término que prefirió al de fascismo, una de sus primeras frases fue la que dedicó a Álvarez de Toledo y a las “contradicciones que se están produciendo en el PP”, algunos de cuyos sectores no están de acuerdo con que una persona tan independiente y con argumentos tan rotundos ejerza la portavocía.

Siguiendo con Vox, Iglesias reiteró su tesis de que este partido “impone la batalla cultural e ideológica a la derecha”, hasta “destruirla”, con temas como el 'pin parental', que describió como “un fantasma que sirve para que la derecha dé la batalla cultural en los términos con los que se siente cómoda”.

El vicepresidente enumeró varios factores que dan “gasolina” a la extrema derecha. Por supuesto, el nacionalismo catalán, pero también el antifeminismo, que le parece más estratégico y peligroso”, como se ve en que “reaccione con esa virulencia y mintiendo” contra la campaña que ha lanzado el Ministerio de Igualdad bajo el lema 'sola y borracha quiero volver a casa'. Para Iglesias, “el feminismo es el principal enemigo de la extrema derecha reaccionaria” que “no puede soportar los avances del feminismo en nuestro país”.

Unido ello a que la extrema derecha española “está abriéndose a temas más salvinianos” para pescar votos en las claves populares, algo que también le parece “enormemente peligroso, Iglesias terminó reclamando “un gran acuerdo europeo contra la extrema derecha y en defensa de la democracia”.

Dicho acuerdo tendría que tener dos elementos, como “mejor vacuna” contra esos dos últimos factores “peligrosos” que dan gasolina a la extrema derecha: los derechos sociales que en su día hicieron atractivo el proyecto europeo y el propio feminismo.

“Europa tiene que ser un referente del feminismo a nivel mundial”, invocó, comparándolo al movimiento obrero en los siglos XIX y XX y situando bajo su marco el poner los cuidados y la vida de la gente en primer lugar. Advirtiendo de que la importancia de los avances se mide por la virulencia de sus adversarios, concluyó que “Europa será feminista o no será”.

Antes, el exvicepresidente de Bolivia en el Gobierno de Evo Morales, Álvaro García Linera, se preguntó por qué está renaciendo la lógica fascista que cataloga al adversario como sujeto carente de derechos, encasilla en roles y admite la violencia como método de resolver diferencias.

Se respondió, refiriéndose a su país, que, cuando se promueve la igualdad social, los antes pobres pasan a ser clase media, más personas compiten por los mismos puestos y los antaño únicos en sus privilegios “ven la igualdad como un agravio”, con lo que “se generan reacciones sociales”, que señalan un culpable a su descenso social, ya sean los indios en Sudamérica o los inmigrantes en Europa.

Aquí diagnosticó que esto es “un fracaso de la izquierda” si no consigue activar la movilidad social con una fusión de clases medias tradicionales y clases medias emergentes. Advirtió de que el combate contra el neofascismo será cuestión central de la política en las próximas décadas, pero barajó una solución.

En América, que los gobiernos no se preocupen sólo por los necesitados sino por la movilidad social también de las clases medias, con la dificultad de que éstas no son colectivos organizados, sino individuos. En Europa, dijo, que los proyectos progresistas mantengan su razón de ser de preocuparse por las clases pobres y trabajadoras y no pasen a preocuparse por “las élites”. Si no lo hacen, alertó, las clases trabajadoras harán como sus homólogas de EEUU, que se han pasado a votar al actual presidente, el republicano Donald Trump.

(SERVIMEDIA)
04 Mar 2020
KRT/mjg