Los agentes de la Guardia Civil, en el marco de la 'operación Chicho', realizó nueve registros en los que encontraron cuatro plantaciones indoor con 350 plantas de marihuana y 10 kilos de cogollos. La banda se financiaba con la venta de esta droga, con la que podrían haber ganado más de 800.000 euros.

También recuperaron dos turismos y dos motocicletas que la banda había robado, además de varias centralitas de arranque de vehículos de alta gama, material con el que falsificaban las matrículas y numerosos teléfonos móviles.

A los detenidos también se les considera autores del delito de atentado contra la autoridad y sus agentes, por intentar atropellar a un guardia civil que les descubrió in fraganti cometiendo un robo en una gasolinera de Olías del Rey, en Toledo.

La organización realizaba estudios previos de los lugares en los que había vehículos y procedían a robarlos y ocultarlos en garajes donde ellos vivían o en una nave ubicada en un polígono industrial de Illescas, donde realizaban las falsificaciones de las matrículas, doblándolas por otras de vehículos de similares características. Una vez realizados estos cambios, los detenidos los utilizaban en su vida cotidiana, cometían otros hechos delictivos con ellos, o bien los desguazaban para venderlos por piezas.