Said K., al que un jurado popular consideró culpable, ha sido condenado también por los delitos de amenazas y de maltrato habitual y se le ha retirado la patria potestad de los hijos y la posibilidad de acercarse a ellos a menos de un kilómetro por espacio de cinco años.

El relato de los hechos recogido en la sentencia condenatoria refiere continuos episodios de maltrato, tanto físico como psicológico, desde el año 2009, que se intensificaron a raíz de que Eliana le comunicara la intención de poner fin a la relación conyugal, en febrero de 2017.

Durante esos años, Said K., antes de matarla a puñaladas en la cocina de la casa -en un espacio reducidísimo, de apenas nueve metros cuadrados en donde de forma sorpresiva e inesperada, y sin darle oportunidad alguna de defenderse, acabó con su vida-, intentó controlar a su esposa a base de agresiones e insultos de toda índole, amenazándola de muerte en reiteradas ocasiones, tachándola de embustera y adúltera, acosándola con mensajes continuos en el teléfono móvil que la mantenían en un permanente estado de angustia y temor.

Esa relación asimétrica, con voluntad discriminatoria, de control, de dominación y de superioridad situaba a Eliana en una posición de humillación y subordinación que sólo acabó tras matarla, subir a sus hijos menores al coche y dirigirse con ellos a la comisaría de Usera, donde manifestó a los agentes que se acercaron al vehículo que acababa de matar a su mujer.

Cuando la Policía se personó en el domicilio encontró a Eliana sin vida cubierta con una sábana. La sentencia establece que los hechos declarados probados por el tribunal del jurado integran los delitos de violencia física y psíquica habitual, de hostigamiento y de asesinato con la agravante de alevosía. Esta sentencia no es firme y contra ella cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJ de Madrid.