En su intervención en el debate de investidura, Abascal definió a Sánchez como "un fraude, un mentiroso, un estafador, un personaje sin escrúpulos", capaz de incurrir en la "traición permanente" con tal de seguir siendo presidente del Gobierno, pactando para ello con quienes dijo durante la campaña electoral que no pactaría.

Comenzó asegurando que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, "debe ser detenido" por estar "en rebeldía" y negarse a renunciar a su cargo tras ser inhabilitado por desobediencia y después de que la Junta Electoral Central (JEC) haya aprobado retirarle el acta de diputado.

Torra tiene que ser detenido, insistió, por responder a esas resoluciones con una nueva muestra "de rebelión y desobediencia", pero no lo es porque "en España no hay ley por las necesidades de la investidura" de Sánchez y sus acuerdos con los "golpistas".

Por todo ello, confirmó que votarán "no" en lo que considera "una investidura clandestina, una traición navideña, una emboscada a la Constitución" encabezada por quien podría ser "un villano de cómic" y a quien "ya nada le quita el sueño con tal de seguir durmiendo en el Palacio de La Moncloa".

Dado que Sánchez no merece la más mínima credibilidad, Abascal se dirigió directamente "a los verdaderos capos" de lo que será su Gobierno, los "comunistas" de Unidas Podemos y los "separatistas y golpistas de toda condición" cuyas condiciones aceptadas por el PSOE generarán daños "irreversibles".

Esos grupos, dijo, "necesitan la miseria para atrincherarse en el poder, como ha ocurrido en Venezuela" y sus medidas se costean con los "millones saqueados a la España que madruga". Tildó el programa expuesto por Sánchez de "bolivariano", como lo es permitir que se corten carreteras o que un presidente autonómico esté "en rebeldía" mientras la policía "arrastra" en la puerta de la sede del PSOE a un "buen hombre jubilado por gritar viva España y feliz navidad".

"SACAR TAJADA DE LAS DEBILIDADES"

Abascal cargó contra la política de memoria histórica del PSOE, contra "lo que llaman género" y que "nada tiene que ver con el sexo de nacimiento" y con la pretensión de utilizar el cambio climático para "culpabilizar al campo".

Se dirigió también "a los caciques del PNV" para denunciar su "juego miserable" consistente en intentar siempre "sacar tajada de las debilidades" de España, "bien sea recogiendo las nueces del terrorismo en el País Vasco o del golpismo en Cataluña" siempre con el objetivo de "debilitar" al Estado.

Lamentó también el "triste" papel que está jugando Teruel Existe, asegurando que Vox vio "con simpatía" la representación parlamentaria de quienes son "olvidados del Estado de las autonomías", y les advirtió de que "nada justifica la traición a España, porque España también existe".

Como prueba de las cesiones del PSOE a los independentistas, denunció los "ridículos desplantes a la Corona", las "presiones" de quienes salieron "en auxilio" de Quim Torra y Oriol Junqueras ante las resoluciones judiciales, o la "vergüenza" de la Abogacía del Estado al "cambiar su criterio" y actuar como "Abogacía de Junqueras", motivo por el que el Tribunal Supremo "se rindió" y negó la existencia de un delito de rebelión por parte de quienes organizaron la consulta independentista.

Se mostró convencido de que el incidente en la embajada de México en Bolivia que ha salpicado a la diplomacia española se debió a que "policías embozados" hicieron una "visita de cortesía a narcoterroristas aliados de Podemos" cumpliendo las "órdenes" que les habían dado.

"Lo más escandaloso", dijo, ha sido ver al PSOE "negociar con ERC el último escrito de la Abogacía" y ver cómo el Congreso "se sometía" para que consiguieran su acta de diputados quienes no acataron la Constitución sino que "se habían expresamente conjurado" contra ella.

Todos esos "atropellos" serán combatidos por Vox, aseguró, que no considera "legítimo" un Gobierno con evidente "vocación totalitaria", y que actuará como "dique de contención" con todas las herramientas a su alcance "legales, judiciales y cívicas".

Entre sus objetivos, reiterados durante su réplica, Abascal defendió que los violadores reincidentes puedan ser condenados "a prisión permanente, ni revisable ni nada", y "digan lo que digan los tribunales supranacionales".