Según un informe elaborado por el sindicato, tanto el despido individual o el colectivo son el instrumento de ajuste más utilizado en España, relegando a otros que UGT considera menos perjudiciales ante situaciones de crisis en las empresas, como las reducciones temporales de jornada, las modificaciones sustancias de las condiciones de trabajo o las suspensiones de contrato.

En dicho informe, la central sindical constata que 2018 fue el año que registró menor número de procedimientos colectivos de cualquier tipo (despido, suspensión de contrato o reducción de jornada), con 3.127 procedimientos, cifra que contrasta con los 35.000 procedimientos de 2012.

En el año 2019 “sigue una dinámica similar”, aunque UGT apunta a que la ralentización del crecimiento ha empujado a un aumento de los despidos, esencialmente de los colectivos, en las empresas grandes, y más moderado en los individuales, que se ha constituido como mecanismo de ajuste típico de las pequeñas y medianas empresas (Pymes).

En concreto, la organización que lidera Pepe Álvarez señala que en los nueve primeros meses de 2019 se registraron 188 procedimientos de ajuste de empleo colectivos menos que en el mismo periodo de 2018, pero que afectan a ocho empresas y a 13.185 personas más.

Así, aunque se registran menos procesos de ajuste de empleo totales, y el número de empresas afectadas es casi el mismo (solo un 0,5% más que en el mismo periodo de 2018), éstas son más grandes y el número de personas trabajadoras afectadas es mayor (aumentan un 32,1%).

UGT considera que, “aunque hay que tener en cuenta estos datos, que pueden estar reflejando el impacto de la desaceleración económica y la debilidad de la demanda de los hogares, no se debe extraer de ellos ningún mensaje alarmista, por dos razones: primero, porque 2019 se compara con un año muy favorable en términos de ajuste de empleo colectivos, el 2018; y segundo, porque esta evolución tiene que ver con el comportamiento específico de algunos sectores y actividades productivas, más que con la situación general de la economía, como es el sector del automóvil y las telecomunicaciones”.

Por regiones, el informe apunta a que la Comunidad Valenciana es la que ha tenido un mayor número de trabajadores afectados por ajuste de empleo hasta el mes de septiembre de 2019, con 16.700 personas, sobre todo por el impacto de los sucesivos ERTE que ha llevado a cabo la empresa Ford de Almussafes, que han afectado a 14.652 personas, el 45,6% del total de afectados por este tipo de instrumento. Los ERES registrados en esta comunidad en este periodo son un 334,2% más que en los nueve primeros meses de 2018.

Por otra parte, Madrid es la comunidad con más despidos vía ERE (4.575 personas, el 22,4% del total) si bien descienden respecto al mismo periodo del año anterior un -31,4%; mientras que Cataluña es la que ha registrado más personas afectadas por ERES de reducción de jornada (286, el 17,4% del total).

En total son doce comunidades (más Ceuta y Melilla) las que registran más trabajadores afectados por ERES de enero a septiembre de 2019 que en el mismo periodo del año anterior, mientras que en cinco comunidades descienden, siendo la mejor Navarra, con un -79,8%.

Con respecto a los despidos individuales, de enero a octubre de 2019 el informe contabiliza 396.337, un 8,4% más (34.410) que en el mismo periodo de 2018. Así en lo que va de año, se han producido 17,2 despidos individuales por cada despido incluido en un proceso colectivo, por lo que UGT concluye que “la vía individual es siempre mucho más relevante cuantitativamente, pese a que sean los procesos colectivos los que ocupen la atención mediática”.