En el Congreso la sesión empezará a las 10 horas, como marca la convocatoria contenida en el decreto de disolución de las Cortes Generales y de convocatoria de las elecciones. Según establece el Reglamento, será presidida por el diputado electo de mayor edad y le asistirán en calidad de secretarios los dos más jóvenes, que se encargarán de leer los nombres de los electos y, en su caso, los recursos contencioso-electorales interpuestos.

Si no hay cambios, la presidencia volverá a recaer en manos del diputado por Burgos del PSOE Agustín Zamarrón, de 73 años, que ya presidió la sesión constitutiva tras las elecciones del pasado mes de abril.

A continuación se eligen, en votación secreta y con papeleta en urna, a los miembros de la nueva Mesa del Congreso: un presidente, cuatro vicepresidentes y cuatro secretarios. En una primera votación se elige al presidente. Para ello, los electos son llamados por orden alfabético para introducir en la urna una papeleta que solo puede contener un nombre. Resulta elegido quien obtiene la mayoría absoluta de los votos, es decir, 176. En caso de no obtenerla ningún candidato, se repite la votación entre los dos más votados, y resulta elegido el que más votos obtenga.

En una segunda votación se elige a los vicepresidentes. Igual que en el caso anterior, los electos solo pueden escribir un nombre en la papeleta, y resultan elegidos los cuatro más votados por el mismo orden que resulta de ordenar sus votos de mayor a menor. El procedimiento se repite de forma exacta en una tercera votación para elegir a los cuatro secretarios.

Para estas votaciones los partidos políticos mantienen contactos para garantizarse el reparto de los puestos del órgano de gobierno del Congreso. En esa ocasión una de las principales incógnitas es si Vox, tercera fuerza de la Cámara con 52 escaños, accederá a alguna Vicepresidencia o Secretaría, ya que el PSOE y Unidas Podemos reconocen su intención de excluir a esta formación, mientras que el PP ha rechazado establecer un cordón sanitario en ese sentido.

En la anterior legislatura la socialista Meritxell Batet accedió a la Presidencia en la seguna votación al quedar por delante de la candidata del PP, Ana Pastor. Los otros ocho puestos se repartieron entre el PSOE, el PP, Unidas Podemos y Ciudadano, incluyendo así a las que eran las cuatro fuezas de mayor peso en la Cámara.

Esta vez, con Vox como tercera fuerza, por delante de Unidas Podemos, y con Ciudadanos en sexto lugar por detrás de ERC pero con aspiraciones a tener al menos un puesto en la Mesa, la composición de la misma dependerá de los acuerdos a los que puedan llegar unos y otros para repartirse los votos y asegurarse su presencia y la de sus socios en detrimento de otros que puedan no haber llegado a un acuerdo similar.

Una vez elegidos los miembros de la Mesa, ocuparán sus puestos y el presidente electo solicitará a cada electo el juramento o promesa de acatamiento de la Constitución momento que algunos electos aprovechan para acompañar ese compromiso con diferentes proclamas de todo tipo, lo cual generó polémica en la sesión constitutiva posterior a las elecciones de abril. En aquel momento, no solo los independentistas introdujeron expresiones como "por imperativo legal" sino tambièn otras alusivas al proceso independentista y al "mandato" recibido de los ciudadanos catalanes. También otros electos aprovecharon para hacer visibles otras luchas, como la feminista o la medioambiental.

En aquel momento, Meritxell Batet atajó la polémica recordando que, según el Tribunal Constitucional, la fórmula de acatamiento de la Constitución es válida siempre que contenga la expresión "sí, prometo" o "sí, juro", rechazando así los argumentos de quienes reclamaban que se considerara no completado el proceso de adquisición plena de la condición de diputados en esos casos.

Una vez constituido el Congreso, la Mesa debe abrir el plazo para la constitución de los grupos parlamentarios. Para formar grupo propio, según el Reglamento, son necesarios al menos quince diputados, o cinco en caso de que su candidatura obtuviera al menos el 15% de los votos en las circunscripciones en las que hubiera concurrido o el 5% en el cómputo nacional. Eso implica que, en principio, tendrán grupo propio el PSOE, el PP, Vox, Unidas Podemos, ERC y Ciudadanos, y el Grupo Mixto podría tener más de veinte miembros de casi diez formaciones diferentes, lo que está llevando a algunos a reclamar alguna fórmula que permita la operatividad y funcionalidad de ese Grupo en el reparto de cupos de iniciativas y tiempos en los debates.