Exhumación de Franco
Franco sale del Valle de los Caídos casi 44 años después de su muerte
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
43 años años, 11 meses y dos días después de que fuera despedido con honores y enterrado en el Valle de los Caídos, Francisco Franco ha sido exhumado de esta tumba de Estado consagrada a un dictador para ser inhumado en un panteón familiar en el madrileño cementerio de Mingorrubio-El Pardo junto a su esposa, Carmen Polo.
Este hito ha sido posible tras más de un año de promesas por parte del Gobierno y después de que se hayan logrado sortear numerosos escollos judiciales planteados tanto por la familia del dictador como por sectores franquistas. Después de todo este tiempo, hoy finalmente el jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, ha podido ver cumplido el primer compromiso que hizo a su llegada a La Moncloa.
La jornada comenzó a primera hora de la mañana cuando, desde tres puntos de Madrid indicados por los familiares, vehículos del Parque Móvil del Estado llevaron hasta el Valle de los Caídos a los 22 miembros acreditados de la familia del dictador: nietos y sus cónyuges e hijos.
Ya en el Valle, se juntaron y fueron trasladados a la puerta de la Basílica en cinco vehículos: un minibus, una furgoneta y tres coches.
Entraron en la Basílica portando ramos de rosas e incluso una gran corona de flores. Además, llevaban en la solapa un lazo con la bandera de España. Al entrar, pasaron el control de seguridad para dejar todos los móviles y garantizar que nadie pudiese tomar fotografías y vídeos durante el proceso de exhumación.
Uno de los nietos, Francis Franco, portaba una bandera preconstitucional, una enseña con la que el Ejecutivo le impidió acceder a la Basílica por reprentar valores ajenos a un sistema democrático.
La exhumación comenzó antes de las 11 horas con el levantamiento de la losa de 1.500 kilos para extraer la caja fúnebre con los restos de Franco. Para evitar la imagen de ese momento, se colocó una carpa sobre el altar mayor. Además, se limitó el acceso a sólo dos familiares.
La ministra de Justicia, como notaria mayor del Reino, levantó acta oficial de la exhumación, el traslado y la reinhumación. Junto a la ministra estuvieron presentes como autoridades, en calidad de testigos, el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo.
En la exhumación participó también un forense para la dirección técnica de los trabajos de exhumación, así como los operarios necesarios. Asimismo, antes de salir al exterior, el prior del Valle, Santiago Cantera, bendijo el féretro y realizó un responso por el eterno descanso del alma de Franco y el perdón de sus pecados. Al terminar, los familiares salieron a la calle portando en hombros -por todo el pasillo de la Basílica hasta la puerta principal- el féretro original con el que fue enterrado en 1975. Este se cubrió con una tela para tapar los "daños" propios de llevar más de cuatro décadas enterrado.
Para ello, fue necesario que los operarios que participan en la exhumación en el Valle de los Caídos aseguraran primero el ataúd para su extracción de la fosa en la que ha permanecido desde que falleció y fue enterrado.
Poco antes de las 13 horas, se abrió la doble puerta de la Basílica y la familia salió del recinto religioso portando el ataúd con el que Franco fue enterrado en 1975. Al frente estaban el bisnieto Luis Alfonso de Borbón y el nieto José Cristóbal Martínez Bordiú. Tras ellos, el nieto mayor, Francis Franco, y a su alrededor, el resto de los descendientes.
Al llegar al coche fúnebre, el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, bendijo el féretro y lanzó agua bendita tras unas últimas palabras. Los familiares gritaron "¡Viva Franco!" al terminar.
Tras unos minutos, el vehículo avanzó hacia el aparcamiento donde esperaba el helicóptero que iba a trasladar los restos del dictador hasta el cementario de Mingorrubio-El Pardo.
En el camposanto madrileño se congregó desde primera hora de la mañana una multitud de periodistas y una turba de nostálgicos del franquismo, encabezadas por el teniente coronel golpista de la Guardia Civil Antonio Tejero. Este grupo entonó el himno de Falange, el 'Cara al sol', además de proclamas de adhesión y de sumisión a la figura del dictador e himnos militares como 'La muerte no es el final'.
A lo largo de la mañana llegaron varios vehículos repletos de coronas de flores de seguidores franquistas que, con sus mensajes, dejaron constancia de su nostalgia por una España en blanco y negro.
En esos mensajes se podía leer "Barcelona, con Franco, siempre", "Almendralejo con su generalísimo" o "Sevilla con su caudillo". Esa fue la forma con la que algunos individuos anónimos trataron de demostrar su sumisión y adhesión a la figura de Franco.
El féretro con los restos mortales del dictador Francisco Franco llegó a las 13.56 horas al cementerio de Mingorrubio para ser enterrado en el panteón familiar junto a su esposa, Carmen Polo.
El helicóptero que trasladó al féretro aterrizó procedente del Valle de los Caídos en el antiguo campo de tiro de la Guardia Real. Junto a los restos de Franco, en su interior viajaron sus nietos Francis Franco, que es el mayor, y José Cristóbal Martínez Bordiú; así como la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que actúa como notaria mayor del Reino; el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, encargado de organizar todo el dispositivo; y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver.
Paralelamente, la comitiva trasladó por carretera a los familiares del dictador desde el Valle de los Caídos a El Pardo para participar en una ceremonia de inhumación que se desarrolló en la más estricta intimidad en el panteón de la familia Franco.
Lo hicieron después de que el féretro fuera exhumado sin honores del Valle de los Caídos, lugar donde fue enterrado hace casi 44 años -el 23 de noviembre de 1975- con todo el boato propio de un jefe de Estado.
Antes de la reinhumación del féretro del dictador en el cementerio de Mingorrubio, tuvo lugar un responso por el alma del difunto oficiado por el sacerdote Ramón Tejero, hijo del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, condenado por el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
De este momento tampoco se pudieron tomar imágenes y, para evitarlo, todos los asistentes tuvieron que pasar por controles. Tampoco habrá instantáneas del lugar en el que reposarán los restos de Franco porque el panteón quedará cerrado con llave, bajo custodia de la seguridad del cementerio, de Patrimonio del Estado y de la Delegación del Gobierno. El Estado tiene una concesión administrativa sobre el panteón que no ha logrado vender a la familia.
Tras el oficio religioso, la familia Franco salió portando una bandera presconstitucional, mientras Francis Franco se quejaba del trato recibido por el Gobierno, destacando que aquel dictador que erigió el Valle de los Caídos "desafiando al tiempo y al olvido" había sido enterrado en una tumba ordinaria como un mortal más.
Posteriormente, una comitiva de unas cien personas llegó a la puerta del cementerio con una bandera española bajo el lema "Franco, gracias" y otras enseñas preconstitucionales. Iban rezando el Rosario y otras plegarias, al tiempo que criticaban el "abandono" al que la jerarquía de la Iglesia ha sometido hoy al dictador.
En dicho lugar se procedió a una ofrenda floral, que culminó con un responso por el alma de Franco que preludió una salva de vivas al dictador y la entonación del 'Cara al Sol'.
(SERVIMEDIA)
24 Oct 2019
MST/mjg