Exhumación Franco
Sánchez destaca que la exhumación “pone fin” a la “afrenta moral” que era el enaltecimiento de un dictador
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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, destacó este jueves que con el traslado de Francisco Franco “se pone fin a una afrenta moral como es el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público”.
“La España actual es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido”, destacó Sánchez en una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa, cuando aún se estaba reinhumando a Franco en el panteón de Mingorrubio-El Pardo, tras su salida del Valle de los Caídos donde recibió sepultura hace casi 44 años.
“Cuando el Valle vuelva a abrir sus puertas, quienes accedan se encontrarán con un lugar distinto. Porque desde hoy quienes yacen son ya todas víctimas y sólo víctimas”, subrayó el jefe del Ejecutivo. Siguiendo sus palabras estaban en primera fila la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; el jefe del Gabinete de Sánchez, Iván Redondo; y el Secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, uno de los que ha volado en el helicóptero junto con Franco desde Cuelgamuros a El Pardo.
Después de hoy, “cuando el Valle vuelva a abrir sus puertas simbolizará algo muy distinto: el recuerdo de un dolor que no debe volver a repetirse jamás y un homenaje a todas las víctimas del odio”, afirmó Sánchez.
El jefe del Ejecutivo ensalzó que, “por encima de todo, hoy España cumple consigo misma”, porque con el traslado de los restos de Franco se “cumple” con un "mandato del Parlamento, con una sentencia del Tribunal Supremo y con un compromiso del Gobierno”.
Concluye así, dijo, “un largo proceso”, que ha contado con el pronunciamiento de los tres poderes del Estado: el poder legislativo, el poder ejecutivo y el poder judicial; porque así “funciona el Estado Democrático de Derecho que es España”.
Aludió al mandato del Congreso, con una iniciativa en la que todos los partidos en 2017 votaron a favor, salvo PP y ERC que se abstuvieron, en la que se instaba al Gobierno a poner fin a la exaltación de la figura de un dictador en un “mausoleo construido durante la dictadura, por la dictadura y a mayor gloria de la dictadura”.
Así como al “poder ejecutivo, que impulsó los actos necesarios para materializar esta exhumación”, en referencia a su Gobierno y las distintas decisiones que tuvo que aprobar en este último año y medio. Y también al pronunciamiento del Tribunal Supremo que ha “respaldado un procedimiento dotado de las máximas garantías”.
Pero el jefe del Ejecutivo insistió en que, sobretodo, “hoy España cumple consigo misma” porque “se pone fin a una afrenta moral como es el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público”; “se da un paso más en la reconciliación que solo puede descansar en la democracia y la libertad que compartimos”; y “nuestra democracia se prestigia a los ojos del mundo, atendiendo a una recomendación respaldada entre otros organismos por Naciones Unidas”.
RECHAZA LAS CRÍTICAS DE ELECTORALISMO
Ante las críticas de electoralismo, el presidente respondió que “caben todas las opiniones” sobre el momento de llevar esta acción a cabo y “cada cual puede tener su criterio”. Pero “mi Gobierno anunció públicamente que lo haría en el mismo momento en que fuera posible. Y este es el momento. Y así se ha hecho. Ni un día antes ni un día después”, apuntó.
Sánchez reivindicó que "la España de hoy es el país más opuesto a lo que representó el régimen franquista" porque "donde había represión y dictadura, hay libertad y democracia; donde había uniformidad e imposición, hay diversidad cultural y territorial; donde había aislamiento, hay Europa; donde había machismo y homofobia, hay feminismo y tolerancia". "El homenaje público al dictador era más que un anacronismo y una anomalía" y, por tanto, "un agravio a nuestra propia democracia española", trasladó.
CONTRA LA INFAMIA
El presidente también hizo alusión a los millares de presos políticos de la dictadura que construyeron el lugar en Cuelgamuros, a los restos mortales de los casi 34.000 “compatriotas”, víctimas de la guerra civil, que yacen allí, y al más de un tercio que está sin identificar.
Para Sánchez, se trata de “una infamia que más pronto que tarde deberá también ser reparada; como habrá de serlo igualmente el que aún hoy, existan miles de fosas dispersas por toda nuestra geografía", señaló.
“Es una aberración que debemos afrontar con decisión. Por justicia y por dignidad. Pero, sobre todo, por pura humanidad”, porque, reflexionó, “la España de hoy tiene una deuda con esas familias” y con “los españoles perseguidos y humillados durante décadas por sus ideas”.
(SERVIMEDIA)
24 Oct 2019
MML/mjg