En un comunicado, denunció el "uso inapropiado e injustificado de bastones y de un equipo de defensa contra personas que no suponían ningún riesgo". Entre ellas había periodistas y activistas que ya habían sido inmovilizados por los agentes de seguridad y que, a pesar de ello, seguían siendo golpeados en la cabeza y partes superiores del cuerpo.

Según información del Departamento de Salud de la Generalitat, 394 personas han sido atendidas por los servicios de emergencia desde el 14 de octubre, entre ellas, 139 miembros de las fuerzas de seguridad.

Por otro lado, la organización ha documentado casos en que pelotas de goma o de espuma han sido disparadas a muy poca distancia para dispersar multitudes, o utilizadas en lugares semicerrados como el parking o las inmediaciones del aeropuerto de Barcelona. Como consecuencia, dos personas resultaron heridas de gravedad el 14 de octubre en el aeropuerto del Prat.

Un chico de 22 años perdió el ojo por el impacto de un artefacto comparable a una pelota de goma o de espuma, y el segundo recibió un impacto en los testículos y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

“En estos momentos con tanta gente protestando en la calle, la prioridad de las autoridades debe ser reducir la tensión y permitir que cualquier persona que quiera expresar su opinión de forma pacífica pueda hacerlo con seguridad", declaró Marie Struthers, directora de Amnistía en Europa.

A su juicio, “es muy preocupante la forma en que el material antidisturbios está siendo utilizado en el marco de estas protestas. Por ello, pidió a todas las fuerzas de seguridad un "total apego a los principios de necesidad y proporcionalidad en el uso de la fuerza para responder a los actos de violencia de forma apropiada", y facilitar así que quienes se conducen de forma pacífica puedan continuar la protesta”.

CÓMO ACTUAR

"Según los estándares internacionales sobre uso de la fuerza, las pelotas de goma o de espuma nunca deben utilizarse contra manifestantes pacíficos o en situaciones donde también puedan resultar heridas otras personas ajenas a las protestas", apuntó AI.

Subrayó que estos proyectiles jamás deben emplearse para dispersar multitudes, sino únicamente para frenar a quienes se conduzcan con violencia, siempre que sea factible efectuar disparos perfectamente dirigidos contra personas concretas que están teniendo un comportamiento violento. Por otro lado, señaló que la utilización de estos proyectiles en contra de una multitud o de forma indiscriminada o indirecta -produciendo rebote- "debe estar prohibido".

CARRUSEL

Por otro lado, Amnistía constató sobre el terreno el empleo de una práctica policial coloquialmente conocida como “carrusel”, consistente en hacer avanzar los furgones policiales hacia una concentración de personas con el objetivo de que estas se dispersen. En su opinión, "estas maniobras revisten un elevado nivel de peligrosidad y pueden afectar a personas no involucradas en la manifestación y a quienes se encuentran protestando de forma pacífica". “La decisión de dispersar una manifestación debe ser el último recurso cuando todos los otros medios menos restrictivos han demostrado ser ineficaces", afirmó.

La coordinadora de AI en Cataluña, Adriana Ribas recalcó que "toda orden de dispersión debe ser explicada con claridad dando tiempo suficiente a la gente para retirarse de forma voluntaria", y la fuerza utilizada ha de ser siempre proporcional a la resistencia encontrada. "Si el uso de la fuerza es necesario, las fuerzas de seguridad deben evitar causar lesiones a las personas que sólo se resisten pasivamente”, concluyó.