Según informó la Guardia Civil, la investigación comenzó a primeros de este año cuando el Instituto Armado supo de la existencia de una banda asentada en Málaga y dirigida por un individuo desde la localidad de Marbella, que podría estar introduciendo hachís en España.

Los agentes constataron que el líder del entramado contaba con numerosas personas jóvenes que materializaban los alijos en las playas para trasladar la droga hasta las “guarderías” ubicadas en distintas localidades de la provincia de Málaga. Posteriormente, era entregada a su comprador que la transportaba por vía terrestre hasta países europeos.

La organización decidió realizar los alijos en las costas de Málaga y Granada para huir de la presión policial ejercida en el Campo de Gibraltar. No obstante, las personas que dirigían los alijos se trasladan expresamente desde esta comarca.

En el mes de mayo los agentes localizaron una embarcación sospechosa en las proximidades de Nerja (Málaga), una intervención que concluyó con la detención de las nueve personas que se encontraban alijando hachís en la playa del Cañuelo, aprehendiendo, además, dos furgonetas, una de ellas cargadas con 38 fardos de hachís y otra con mil litros de gasolina dispuestos en numerosas garrafas que utilizarían para repostar la narcolancha.

Esta intervención permitió determinar la conexión existente entre este alijo de droga y la organización investigada, por lo que se inició la segunda fase de esta operación durante la que se detuvo a nueve personas –entre ellas, el líder del grupo y las personas encargadas de las labores de logística- y se aprehendió 1.254 kilos de hachís, dinero en metálico y cuatro vehículos, entre otros efectos.

Los detenidos han pasado a disposición judicial como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública por tráfico de drogas.