Según informó la Policía, los arrestados ocupaban ilegalmente un inmueble en Pineda de Mar (Barcelona) utilizándolo como centro de cultivo y distribución de drogas. A ello se sumaba que tomaban “de forma fraudulenta y precaria” la electricidad necesaria para alimentar la vivienda.

La investigación comenzó gracias a una denuncia anónima recibida a través del portal web que la Policía Nacional ha puesto a disposición de los ciudadanos para comunicar, de forma confidencial, hechos presuntamente delictivos.

Una vez contrastada la información facilitada, los agentes verificaron que dicho domicilio era frecuentado por toxicómanos que entraban y salían a los pocos minutos del interior de la vivienda, tras haber realizado la compra de la correspondiente dosis.

Este trasiego de gente había generado en la zona un creciente clima de inseguridad provocado por las frecuentes disputas y reyertas que se producían entre los propios toxicómanos, según la Policía.

De este modo, confirmaron que se trataba de una vivienda ocupada en la que sus moradores, presuntamente, serían los responsables de la venta y distribución a pequeña escala de diversos tipos de sustancias estupefacientes.

Una vez desmantelado el ‘narcopiso’, los agentes practicaron un registro del inmueble e intervinieron 530 gramos de marihuana, 71 pastillas de anfetaminas, 23 gramos de MDMA, 38 gramos de hachís y 1.500 euros en efectivo.

Además, también se incautaron de cinco balanzas de precisión, un gran número de armas -entre las que se encuentran 13 de fuego y 21 armas blancas-, y numerosa munición. Entre las armas de fuego intervenidas hay cinco armas largas de diferentes calibres y marcas, tres armas semilargas, cuatro revólveres –dos de ellos de aire comprimido-, una pistola de aire comprimido, una defensa extensible, una pistola lanzabengalas y una ballesta con armazón de madera.

Por otra parte, entre las armas blancas localizadas se encuentran siete catanas, cinco sables, tres machetes y seis navajas de hojas de menos de 25 centímetros.