La Nochevieja Anticipada fue, una vez más, un éxito de participación. Más de 500 personas (el municipio cuenta con 550 habitantes) “reventaron” el pabellón municipal en los actos de despedida de un año al que aún le restan un buen puñado de hojas de calendario.

El alcalde de la localidad oscense, Fernando Sabés Turmo, explicaba el motivo de esta curiosa inciativa: “Fue la comisión de fiestas la que pensó que quizá el día 31 no permitía reunir un gran número de personas, ya que hay mucha gente que ese día no puede celebrar la Nochevieja con sus vecinos, y entonces decidimos el día de la Nochevieja y, desde entonces, ha funcionado muy bien”.

A las 19.30 comenzaron a sonar las primeras notas festivas de la jornada con un café-concierto, a cargo de la orquesta Swing Latino, que se prolongó hasta pasadas las 20.30. Ya bien entrada la noche, a las 23.30, la gente comenzó a llegar al pabellón de las Escuelas, centro neurálgico del festejo, donde a media noche, como manda la tradición, sonaron las campanadas, esta vez a cargo de la junta directiva de la Asociación de Amas de Casa del municipio, quienes despertaron las carcajadas del respetable. Las uvas, el cava y el cotillón no faltaron, además de un gorro de Papá Noel conmemorativo.