Salud

Investigadores del CNIO descubren una protección frente a los efectos de la radioterapia

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han descubierto una forma de protección frente a los efectos secundarios de la radioterapia, cuyos resultados se han publicado este jueves en la revista ‘Science’.

Los científicos recordaron que uno de los tratamientos contra el cáncer “más frecuentes y efectivos es la radioterapia”, es decir, el uso de radiación para destruir las células cancerosas y reducir el tamaño de los tumores. En torno a un 50% de los pacientes con tumores localizados en la cavidad gastrointestinal (por ejemplo, cáncer de hígado, páncreas, colon, próstata) se tratan con esta terapia, “que en las últimas décadas ha aumentado la supervivencia al cáncer”.

Sin embargo, los investigadores señalaron que la radioterapia intensiva no solo daña a las células tumorales, sino también a las células intestinales sanas, y puede desembocar en toxicidad en el intestino en un 60% de los pacientes sometidos a ella.

Aunque es reversible cuando la radioterapia finaliza, un 10% de los pacientes que reciben el tratamiento tienen daños irreversibles y desarrollan el síndrome gastrointestinal, una patología que se caracteriza por la muerte de las células intestinales, lo que conlleva la destrucción del intestino y el fallecimiento de estos pacientes.

Ante esta situación, los expertos del CNIO han hallado la forma de proteger las células intestinales sanas del impacto de la radioterapia.

La clave de este trabajo está en URI, una proteína de la que aún no se comprenden bien todas sus funciones. Sin embargo, han comprobado que unos niveles altos de esta proteína protegen a los ratones de los daños intestinales producidos por la radiación, mientras que niveles bajos o su supresión llevan al desarrollo de síndrome gastrointestinal y a su fallecimiento.

PROTEÍNA URI

El autor principal del estudio y jefe del Grupo de Factores de Crecimiento, Nutrientes y Cáncer del CNIO, Nabil Djouder, subrayó que “todavía no se conocen todas las funciones precisas de URI". "A semejanza del pH o la temperatura, que tienen que mantenerse en unos niveles equilibrados para el correcto funcionamiento del cuerpo, URI también parece contar con una ventana muy estrecha de equilibrio que determina el correcto funcionamiento de otras proteínas: cuando sus niveles están por encima o por debajo de esa ventana, puede promover tumores o proteger contra su desarrollo, así como el de otras enfermedades. Depende mucho del contexto”.

Además, las aplicaciones de este descubrimiento podrían extenderse a la protección contra los efectos secundarios de otras fuentes de radiación intensiva, como los accidentes y las armas nucleares, o la exposición a los rayos cósmicos durante los viajes espaciales.

(SERVIMEDIA)
30 Mayo 2019
ABG/pai