Un abogado sobre la actuación policial el 1-O: “Empezaron a pegar de una forma bárbara a la gente”
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Tres abogados han declarado este martes, hasta el momento, como testigos ante la sala del Tribunal Supremo que juzga el ‘procés’, por su participación en la red de orientación jurídica que organizó el Colegio de Abogados de Manresa para asesorar a los ciudadanos que acudieron a votar el 1-O. Uno de ellos, Lluís Matamala, aseguró que en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona) los agentes de la Guardia Civil, a su llegada, “empezaron a pegar de una forma bárbara a la gente que estaba de pie”.
El primero en declarar fue Matamala, quien antes de empezar a testificar manifestó que quería declarar en catalán. El presidente de la sala, Manuel Marchena, le recordó que tenía obligación de declarar en castellano. Ante los intentos de réplica del testigo, que se identificó como abogado, el magistrado le indicó: “Si usted introduce cualquier debate o controversia sobre la decisión de esta sala, asume las consecuencias penales”. Posteriormente, tras recordarle que no podía declarar consultando las notas que portaba, comenzó el interrogatorio.
Matamala estuvo presente en un colegio de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona) y explicó que participó en la red de orientación jurídica que organizó el Colegio de Abogados de Manresa. “Se apuntaron más de 60 de todos los caracteres ideológicos, porque se iban a defender derechos”, apuntó.
Sobre las 10.00 horas se personó la Guardia Civil. “Tras intercambiar unas palabras con las personas que habían cerrado la verja, se fueron a las furgones, volvieron y empezaron a pegar de una forma bárbara contra la gente que estaba de pie”, dijo.
Según el testigo, “la Guardia Civil sacó a tres o cuatro y luego ya desistió”, porque allí había 400 personas. Como consecuencia de esta intervención hubo “como mínimo tres heridos, a uno le pegaron en los testículos fuerte, otro estuvo de baja y otro defendiendo la puerta se rompió los tendones”. “La gente estaba defendiendo sus derechos y la democracia, de una forma tranquila y pacífica”, aseguró, tras ser preguntado por la Fiscalía si la gente impidió el acceso de los agentes al centro de votación. “En ningún momento vi patadas o empujones”, subrayó.
El siguiente en declarar fue Jaume Pich, que también formó parte de la red de asistencia jurídica y estuvo presente en la escuela Sant Miquel de Castellgalí (Barcelona). “Lo que hicimos fue orientar a las personas, cubrimos casi todas las escuelas del partido judicial de Manresa”, afirmó, tras admitir que conocían que el referéndum había sido suspendido. Desde las 7.30 horas, detalló, atendió consultas de numerosos ciudadanos que le preguntaban “por las consecuencias que podía tener estar allí, sobre protección de datos, sobre las consecuencias de los actos de desobediencia civil… Les informé de la sentencia de esta sala de 22 mayo de 2019”, recordó.
A las 8.30 horas llegaron los Mossos d’Esquadra, intentaron acceder, hablar con un responsable para entrar al centro, pero no lo consiguieron, así que sobre las 10 horas llegó la Guardia Civil: “A las personas las arrancaban y las tiraban al suelo, iban sacando de malas formas a la gente, dándoles golpes con escudos y porras, mientras otros con un ariete intentaban abrir una puerta metálica”. Durante la intervención policial, “en ningún momento la gente agredió a los agentes”, resaltó, y “el ambiente festivo se transformó en miedo”. Fruto de esta intervención, apuntó, “los servicios médicos atendieron a 20 personas que derivaron a los hospitales”.
MEDIACIÓN FRUSTRADA
A continuación declaró Silvia Carmona, que como los anteriores también participó en el servicio de orientación jurídica de Manresa. “Queríamos estar allí presentes, porque igual había alguna vulneración de derechos fundamentales”, explicó.
En la localidad de Callús (Barcelona) se personaron 37 vehículos de la Guardia Civil, relató, para agregar que los agentes bajaron y el alcalde se dirigió hacia ellos y mantuvo una breve conversación con uno de los mandos sobre la orden que tenían para acceder al centro. “De palabra”, le dijeron. “Empujaron al alcalde y en ese momento fue el único momento en el que escuché insultos, dos personas les dijeron ‘hijos de puta’. En ese momento alzamos las manos en alto y estuvimos hasta 15 minutos gritando ‘somos gente pacífica’”.
Sin embargo, resaltó, “sin mediar aviso ni palabra empiezan con los escudos y con las porras. En las imágenes se acredita que a una señora se le rompe un escudo en la espalda. Nosotros les gritábamos: ‘somos civiles, no terroristas’”. Una vez dentro, recordó, “se oía gritar a la gente y se llamó al servicio de emergencias”, y fue entonces cuando “intenté entrar para mediar, pero no me dejaron”, tampoco a una mujer que se identificó como doctora.
“Hubo dos o tres personas que fueron pateadas en el suelo. Después de este momento, hubo una última agresión cuando todo había acabado; cuatro o cinco personas fueron golpeados de malas maneras, arrastradas… Una actuación excesiva”.
Sobre la respuesta de la gente a la intervención policial, aseguró que “no hubo nadie que agrediera a los agentes. Lo digo porque yo les expliqué que era un acto de desobediencia civil. Nadie podrá decir o ver que hubo una agresión”.
Asimismo, recordó que hay nueve partes de lesiones en la causa abierta en Manresa, “pero me consta que hubo 15 y otros muchos que estaban contusionados o magullados pero que decían que no merecería la pena denunciar”. A preguntas de la Fiscalía rechazó que un agente fuera golpeado en los testículos por un votante: “Esa patada no existe, he visto muchas grabaciones para hacer los informes y esa patada no existe”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
14 Mayo 2019
ICG/SGR/caa