Con ello se busca "evitar distracciones en el aula, reforzando la autoridad del profesor, y mejorar, en definitiva, el convivencia escolar".

Según Cs, el teléfono móvil forma ahora parte de la vida de los jóvenes: el 69% de los menores entre 10 y 15 años dispone de un teléfono móvil, porcentaje que crece hasta el 94% en el caso de los adolescentes de 15 años.

La formación naranja cree que, pese a sus ventajas, también hay motivos para la preocupación, ya que cada vez hay más jóvenes adictos a las nuevas tecnologías y el 75% no es consciente de los riesgos asociados al uso de Internet.

Además, agrega, la presencia de teléfonos móviles en las aulas también afecta "negativamente al rendimiento escolar, sobre todo al de los alumnos que parten con un menor nivel educativo".

Asimismo, a juicio de Cs, esta generalización de los teléfonos móviles en las escuelas y el uso cada vez mayor de las redes sociales han creado un "cóctel explosivo para el ciberacoso que se produce a través de Internet, con un potencial de difusión descontrolada y un daño que son muy difíciles de limitar". Prueba de ello es que el 80% de niños conoce casos de ciberacoso en su entorno, añade.

En la propuesta de Cs se señala que se trata así de garantizar tanto el derecho básico del alumnado a recibir una "formación integral y de calidad como el deber del alumnado de colaborar en la consecución de un adecuado clima de estudio en el centro, respetar al profesorado y el derecho de sus compañeros a la educación".

Además, considera que la restricción en el uso de móviles dentro del horario lectivo puede ayudar a "reducir la captación y difusión no autorizada de imágenes y vídeos dentro de los centros escolares y la difusión de episodios de acoso escolar".

Por último, Cs indica que esta propuesta no significa, en ningún caso, que "nos opongamos a la utilización de las nuevas tecnologías con fines pedagógicos; todo lo contrario, somos absolutamente favorables a las innovaciones educativas en este ámbito". Recuerda que la propia Ley de Gratuidad de Libros de Texto de la Comunidad de Madrid, impulsada por Cs, contempla en el concepto de libro de texto tanto el libro impreso tradicional como el libro digital.