El parlamentario explicó que en el mes de septiembre recibió una invitación de Diplocat para “realizar un viaje y presenciar el referéndum del 1 de octubre". Esa visita, puntualizó, no era en ningún caso “un programa de observación oficial".

El abogado de Junqueras y Romeva intentó dejar sentado que los visitantes internacionales que estuvieron durante el referéndum en Cataluña no formaban parte de una misión de observación que se pagara con fondos públicos.

En esa línea, preguntó a Hunko si cobró por su visita, a lo que el testigo respondió que “no” y añadió: “sufragué los costes del viaje yo personalmente”, salvo en lo que se refiere a las dos primeras noches de hotel que “no fueron sufragadas por mí”. En este sentido, explicó que ”es un procedimiento frecuente, cuando se hacen este tipo de invitaciones suele ocurrir que se acuerde que una parte pague los viajes y otra el alojamiento, no es algo atípico”.

Relató también lo que presenció durante su visita. “El día previo al referéndum, por la noche, visité un centro de votación en las proximidades del hotel en el que me alojaba en el centro de Barcelona, para captar la sensación. Había muchos ciudadanos que la víspera estaban acudiendo a los centros de votación. El 1-O visitamos varios centros de votación, uno de ellos en las proximidades de la Sagrada Familia, donde pude observar el lanzamiento de pelotas de goma".

Ya durante el interrogatorio de la fiscal, el parlamentario germano explicó que los visitantes internacionales “éramos divididos en varios vehículos, yo me movía con visitantes de Bélgica y la competencia sobre a dónde íbamos siempre estaba en manos de los visitantes, hubo propuestas y la decisión era de los visitantes", contó.

No obstante, el testigo indicó que “en el vehículos siempre se encontraba un representante catalán, no sé si era de la Generalitat”, aunque “en los sitios a los que íbamos yo me movía con total independencia y autonomía". En los colegios que visitó vio “un comportamiento muy homogéneo. La ciudadanía tenía ganas de votar, había mucha determinación y la actitud era pacífica", recalcó.

Hunko insistió también en que "las actuaciones llevadas a cabo durante el 1-O no se ajustaron a las de un régimen normal de observación. Se trató más bien de una visita informal y así fue declarado por las autoridades catalanes y así lo he declarado siempre".

El testigo reconoció que era consciente de que el referéndum había sido prohibido por el Tribunal Constitucional y que su celebración tenía que ser impedida por orden de un juzgado de Barcelona. Pese a ello acudió por entender que será un “acontecimiento político de importancia” del que quería tener un “conocimiento en primera persona”.